Muchas ciudades del mundo están llenas de perros callejeros, algunos de los cuales sufren de inanición, violencia, atropellos, pero esto no pasa en las ciudades holandesas. Holanda se ha convertido en el primer país en rehabilitar a todos sus canes callejeros, pese a que hace unos 100 años era uno de los países con más animales domésticos abandonados. El miedo a la rabia del pasado, sumado a la tendencia moderna de abandonar a los perros que no son de raza, hizo que Holanda tuviera un problema en sus calles.
Frente a lo anterior, el gobierno tulipán respondió con una serie de fuertes políticas. Primero se decidió orquestar una campaña de castraciones y esterilización gratuita. Se implementó luego una ley que multa por maltrato y abandono hasta en 16 mil euros y una pena incluso de 3 años de cárcel. El broche de oro fue poner una tasa de impuestos a la compra de perros de raza, lo cual es un golpe al negocio alrededor de la vida animal y, a su vez, estimula la adopción de perros sin raza, perros que antes eran callejeros.
Actualmente Holanda sigue ofreciendo servicios de castración gratuita para que la población de perros no se salga de control, lo cual es una de las principales razones por las cuales los perros son abandonados.
Sin duda estas políticas reflejan un cierta agresividad progresista pero, a la vez, también una notoria compasión a la vida en general.