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Beneficios para un niño autista de las terapias asistidas con perros

Abril 17, 2021

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  • La forma en que la terapia asistida con perros ayuda a los niños

Además de ser seres que llenan la vida de amor, compañía incondicional, alegría y momentos divertidos, los perros son especiales porque siempre están ahí para sus dueños, incluso son capaces de saber cuando las personas de su familia están tristes o enojadas y en esos casos suelen brindar su silencioso apoyo y compañía. 

 

Todos estos beneficios se ven amplificados cuando el perro se vuelve la compañía de un niño que vive con autismo, ya que puede cambiarle la vida por completo y ayudarle a superar miedos e inseguridades.

 

Pero además de los perros que se tienen como mascota en casa, existen perros de terapia, que reciben entrenamientos especiales para ayudar con los tratamientos de las personas que tienen este tipo de padecimientos.

 

La terapia con perros de asistencia tiene como finalidad estimular al niño, ayudarlo a integrarse paulatinamente a la sociedad para desarrollar carácter y posición en el medio en que se encuentre; también cumplen un propósito educativo, ya que enseña al niño a desenvolverse, al mismo tiempo que lo motiva y refuerza su conducta. 

 

Los perros destinados para esta noble función, requieren una valoración especial previo a ser perros de terapia; es importante que el perro destinado a esta función sea dócil, amistoso y por otro lado tenaz para orientar al niño. A medida que el perro genera confianza frente al niño, gracias a la convivencia diaria, es capaz de enseñarle conductas como cruzar la calle y atender a situaciones que antes no percibía. 

 

Acudir a terapias asistidas con perros o convivir con un perro de asistencia puede resultar muy positivo para los niños que viven con autismo. Algunos de los beneficios asociados a la convivencia entre el niño y el perro son:

 

Tolerancia a la frustración: El perro servirá de apoyo para que los niños no escapen ante una situación incómoda. El autismo puede provocar irritabilidad cuando algo inesperado sucede; gracias a la presencia del animal de compañía se transmite seguridad y menor frustración.

 

Minimiza comportamientos de evitación: En ocasiones alarmantes, los niños con autismo tienen tendencia a evitarlas, esconderse y no enfrentarse o con frecuencia buscar escapar sin medir riesgos. Sin embargo, cuando el pequeño quiera huir no podrá hacerlo porque el perro estará atado a su cintura, lo que lo obstaculizará y podrá ayudarlo a lidiar con la situación.

 

Conductas sociales positivas: Los niños autistas suelen tener mayor dificultad para relacionarse de forma tradicional; en esos casos, la presencia de un perro mejora gradualmente su respuesta ante los demás y les ayuda a lograr un mayor acercamiento y empatía con quienes le rodean; al mismo tiempo, ayuda a mejorar sus habilidades sociales, aumenta su atención, comunicación y concentración. 

 

Mayor contacto: Mientras los días pasan, la convivencia se fortalece y el intercambio entre perro y niño es más frecuente. Se podrá observar una mayor tendencia del niño para acariciar al perrito o mirarlo directamente. 

 

Menores conductas estereotipadas: En los niños autistas, algunos estímulos como el ruido o las luces son complicados de regular, por lo que es frecuente verlos recurrir a esteriotipias (movimientos, posturas o voces repetitivos o ritualizados sin un fin determinado, como el balanceo del cuerpo) que regulen esa desintegración sensorial. Los perros contribuirán significativamente a la reducción de estos comportamientos, al ofrecer otra alternativa sensorial que reemplace la conducta repetitiva, lo cual ayuda a los pequeños para tener una vida con mayor control.

 

Grandes cambios para una mejor calidad de vida: Un perro de asistencia en la vida de los niños autistas puede mejorar el sueño, disminuir la ansiedad y el estrés. La interacción simple, como cepillar al can o acariciarlo, puede reducir los niveles de cortisol en sangre, por lo que favorecer estos aspectos suele aminorar los comportamientos disruptivos. A medida que la confianza aumenta entre ambos, el entrenamiento del perro puede llegar a enseñarles también cómo cruzar la calle o de qué lado de la banqueta debe permanecer.

 

Pregunta a tu terapeuta cómo aprovechar de la mejor manera el acompañamiento de un perro de servicio y no dudes en recurrir a este tipo de terapias, e incluso a adoptar a un perro como mascota, para ayudar a que tu hijo tenga una mejor calidad de vida.

 

Con información de Cesar

 

Imagen de portada: Freepik
 


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