Se acerca el Día de Muertos, una de las festividades más coloridas y con más tradición y arraigo en México.
Es el día en el que se cree que las almas de quienes se han ido regresan para visitar a sus seres queridos, quienes los reciben con altares y ofrendas que incluyen algunos elementos tradicionales, además de las cosas que más les gustaban en vida.
El altar suele incluir pan de muerto, velas, frutas, calaveritas que pueden ser de azúcar, chocolate o amaranto, así como la foto de los difuntos y los platillos o golosinas que solían ser sus favoritos, para que las ánimas se deleiten y alimenten con sus aromas. Y algo que no puede faltar es la flor de cempasúchil.
Los altares más comunes constan de dos niveles, que representan el cielo y la tierra; algunos son de tres, para incluir el concepto del purgatorio; mientras que los más tradicionales incluyen siete niveles, que simbolizan el camino entre el mundo de los vivos y los muertos, así como los pasos necesarios para llegar al cielo y así poder descansar en paz.
En el primer escalón se acostumbra colocar la imagen de algún santo. El segundo se destina a las ánimas del purgatorio. En el tercer escalón se coloca la sal, que simboliza la purificación del espíritu. En el cuarto va el pan, que se ofrece como alimento a las ánimas.
En el quinto se colocan los platillos y las frutas. En el sexto escalón se ponen las fotografías de los difuntos a los que se dedica el altar. Y en el séptimo escalón se coloca una cruz formada por semillas o frutas, como el tejocote y la lima.
Además, por toda la ofrenda se colocan velas, veladoras o cirios, calaveritas de azúcar, amaranto o chocolate, vasos con agua y flores de cempasúchil. También se suele incluir incienso y papel picado como elemento decorativo.
Lo que simboliza cada uno de estos elementos es lo siguiente:
1. Agua. Representa la pureza del espíritu. Ayuda a mitigar la sed del alma que viene de un largo camino y la fortalece para realizar su regreso.
2. Veladoras, velas y cirios. Su flama simboliza la luz, la fe y la esperanza que guían e iluminan a vivos y muertos en sus respectivos mundos. En algunos casos, cada vela representa un difunto.
3. Incienso. Se trata de una fragancia ceremonial que limpia y purifica el ambiente, y además ahuyenta los malos espíritus.
4. Flor de cempasúchil. A través de su distintivo aroma y llamativo color, ayuda a guiar a las almas hasta su hogar. En algunos lugares se acostumbra formar un camino con sus pétalos desde la entrada de la casa hasta el altar y a lo largo de sus niveles.
5. Pan. Representa la fraternidad, la calidez con la que se recibe a los difuntos, y es un alimento para su alma.
6. Calaveritas. Ya sean de azúcar, chocolate o amaranto, éstas simbolizan que la muerte está siempre presente.
7. Sal. Es un elemento que purifica el espíritu y ayuda al cuerpo a no corromperse en su travesía.