La cultura laboral actual es sumamente demandante y contradictoria, ya que por un lado ensalza la productividad, pero con frecuencia no brinda condiciones propicias para el florecimiento de la creatividad. Este bloqueo en la expresión de las personas con frecuencia se experimenta como tensión o incluso depresión, pues al no poder encontrar una vía de expresión nos sentimos limitados o incluso inútiles. Al aceptar esto cedemos nuestro poder, caemos en la desesperanza y nos deprimimos. Esto en realidad sólo es un síntoma que nos deja claro que aquellos lineamientos en los que basamos nuestra “cultura laboral” necesitan ser transformados. Pero, ¿quién los va a transformar? La respuesta es simple: nosotros. Claro que para eso primero necesitamos volver a entrar en contacto con nuestro verdadero poder creativo. Estos tips pueden ayudarte:
1. Trabaja menos
Tal y como lo leíste. No estamos sugiriendo que te vuelvas irresponsable, pero quizá hay cosas que puedas hacer más eficientemente y otras que puedas delegar, o quizá puedas administrar tu carga de trabajo de manera distinta. El punto es que si estás realmente agotado, lo que necesitas es crear espacio en tu vida para nutrir esa parte de ti que se ha desgastado, sin importar lo que diga tu jefe. Este no es un problema que él pueda resolver, es tuyo, así que tómalo en tus manos y haz lo mejor que puedas. Busca la manera de tener una vida más balanceada, sin importar si esto al parecer te aleja de ser “el empleado del mes”; recuerda: esto no se trata de ceder a las ilusiones de la meritocracia, sino de volver a encontrarte contigo y tu poder.
2. Medita
Meditar no es poner tu mente en blanco; meditar es cultivar la receptividad en la mente, de tal manera que nuevas ideas puedan surgir y florecer. Usualmente pensamos que para ser productivos necesitamos estar haciendo cosas todo el tiempo; además, el internet nos bombardea de todo tipo de información. Esto hace que no haya espacio en nuestro día ni en nuestra mente, de tal forma que lo primero que necesitas es sentarte tranquilo, cómodo y seguir tu respiración hasta que tus pensamientos dejen de galopar salvajemente.
3. Consulta contigo mismo
Una vez alcanzado ese punto de receptividad en tu mente y tus emociones pregúntate cómo te sientes, qué te gustaría hacer y cómo lograrlo. Deja que las respuestas lleguen, no esperes que sean como un discurso verbal de mandamientos; en realidad lo único que necesitas es notar tus sensaciones, emociones, pensamientos y percepciones. Una vez que entiendas cuál es tu estado actual, usa esa comprensión para trabajar con aquellas cuestiones tanto felices como dolorosas de tu vida. Cuando descubras qué te gustaría hacer no lo rechaces, aun si parece imposible desde el lugar donde estás ahora ábrete a la posibilidad de que suceda y busca cómo hacer que eso pase. Para eso es la última pregunta. Cada caso, cada persona, cada sueño es distinto y justamente nuestra creatividad se manifiesta cuando intentamos traerlo a la realidad concreta.
4. No tomes decisiones basadas en el miedo
Si te estás quedando en un trabajo que no te satisface porque tienes miedo, entonces te estás quedando por la razón equivocada. Quizá te criaron así, quizá asumes los miedos de tus superiores y compañeros de trabajo como reales, pero en la medida en que tu capacidad de introspección y contacto contigo aumente podrás determinar cuáles son tus creencias y cuáles haz adoptado. Este análisis te ayudará a tener la claridad suficiente para avanzar por la vida con tu propia verdad. El mejor mecanismo de control es el miedo: miedo a perder el empleo, miedo a intentar algo nuevo, miedo a ser tú mismo, especialmente si sientes que eres diferente a lo que los cánones sociales marcan. Deja atrás el deber ser y empieza a descubrir el simplemente "ser".
No hay camino libre de retos u obstáculos, pero cuando avanzas de acuerdo con un plan que viene de tu interior experimentas mayor creatividad y mayor energía, lo cual no sucede cuando simplemente acatas un plan establecido por un ente exterior. La diferencia es que cuando estás satisfecho con tus decisiones tienes mucha más tranquilidad y sentimiento de realización. Eso es algo que nadie más te puede dar y que no puedes comprar. Es algo que debe venir de ti.
Con información de Medium