En cualquier momento y sin darte cuenta, tus riñones pueden enfermarse, en silencio y lentamente. En el marco del Día Mundial del Riñón, que se celebra el 14 de marzo, cientos de eventos y campañas en todo el mundo buscan crear conciencia sobre conductas preventivas, factores de riesgo y cómo vivir una enfermedad renal.
Las cifras alertan sobre la importancia del cuidado de la salud renal. Se estima que 850 millones de personas en el mundo padecen una enfermedad renal por diversas causas. La enfermedad renal crónica (ERC) provoca al menos 2.4 millones de muertes al año (es la sexta causa de muerte en el mundo), mientras que la lesión renal aguda (AKI, por sus siglas en inglés), un importante impulsor de la enfermedad renal crónica, afecta a más de 13 millones de personas a nivel mundial.
A pesar de que la enfermedad renal se puede prevenir en algunos casos, es frecuente que los pacientes necesiten tratamientos de por vida, como medicamentos, diálisis, hemodiálisis o trasplante renal. Estos tratamientos son inaccesibles para muchos pacientes, debido a los altos costos. En cuanto al trasplante, se considera una solución rentable; sin embargo, la falta de infraestructura y de un equipo especializado lo complica en varios países.
Las políticas y estrategias para las enfermedades no transmisibles (ENT) están generalmente presentes en muchas naciones; no obstante, hacen falta políticas específicas dirigidas a la detección, prevención y tratamiento de la enfermedad renal. El 53% de los países que tienen implementada una estrategia global contra las enfermedades no transmisibles no contemplan mejorar la atención de las personas con ERC, cuya cifra aumenta cada año de manera alarmante.
Este año, el Día Mundial del Riñón se propone concientizar sobre la alta y creciente incidencia de la enfermedad renal en todo el mundo, así como acerca de la necesidad de estrategias para su prevención y tratamiento. El lema de este año: "Salud renal para todos, en todas partes", hace un llamado para alcanzar una cobertura de salud universal, especialmente para la prevención y el tratamiento temprano de la enfermedad renal.
Estas son las ocho reglas de oro para tener una buena salud renal:
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