Cada vez hay más información y nuevos descubrimientos en cuanto a la relación que existe entre las bacterias y el ser humano. Estos microorganismos no están necesariamente relacionadas a lo malo o a una enfermedad. Hoy se sabe que debe existir un equilibrio de bacterias con efectos positivos y protectores en el cuerpo para poder mantener la salud en óptimas condiciones.

Con el conocimiento sobre estos habitantes, se empezó a escuchar con mayor frecuencia la palabra microbioma, como se conoce a la vasta comunidad de billones de bacterias y hongos que habitan en todos los rincones del tracto gastrointestinal y tienen una gran influencia en el metabolismo, la propensión a enfermedades, el sistema inmunológico, el apetito y el estado de ánimo. 

Marien Garza, miembro del Consejo Consultor de Nutriólogos de Herbalife Nutrition, explica que estos microorganismos viven principalmente en el intestino y superan en número a todas las demás células del cuerpo juntas. 

La experta explica que cuanto más rica y diversa es la comunidad de microorganismos benéficos en el intestino, menor es el riesgo de enfermedades y alergias. Esto se ha demostrado en pruebas con animales y también en estudios en humanos en los que se han comparado bacterias de personas con y sin enfermedades particulares. 

La colonización de bacterias en el intestino se da desde el momento del nacimiento. Existe una creciente evidencia de que los bebés nacidos por cesárea se pierden de algunos de los microorganismos que obtendrían a través de un parto vaginal, lo que puede hacerlos más vulnerables a la obesidad, las alergias y el asma. Independientemente de la forma en la que se nace, es posible mantener una microbiota saludable y aumentar las bacterias buenas en el cuerpo. La respuesta está en la dieta, la manera en la que comes todos los días (por ejemplo, la cantidad de fibra que consumes diaramente). 

Actualmente se sabe que la fibra es un prebiótico, es decir, es el alimento de las bacterias buenas en el cuerpo. La recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es que el adulto consuma diariamente entre 25 y 30 gramos de fibra al día. 

Las frutas, las verduras y los cereales integrales son ricos en fibra y deben ser parte de tu alimentación diaria. En ocasiones, para alcanzar esta recomendación, puedes apoyarte de suplementos que sean buena fuente de fibra. Para que la fibra que consumes tenga un aprovechamiento óptimo, una correcta hidratación es muy importante.

El mundo del microbioma sigue estudiándose en pro de mantener una buena salud intestinal, pero es innegable que la dieta juega un papel vital en mantenerla en un adecuado funcionamiento.