La medicina puede salvar vidas, pero en los últimos tiempos, el mal uso de antibióticos provocó que aumentara la cantidad de microrganismos resistentes a los medicamentos. Especialistas de la Clínica Mayo comparten cómo puede afectarte y qué hacer para prevenir la resistencia a los antibióticos.
Una bacteria es resistente a una medicina al mutar de tal manera que queda protegida contra el efecto del medicamento o lo neutraliza. Cualquier bacteria que sobreviva a un tratamiento con antibióticos puede luego multiplicarse y transmitir propiedades de resistencia a otras bacterias para ayudarlas a sobrevivir. Es normal que las bacterias adquieran resistencia a un medicamento, pero la manera en que se utiliza una medicina afecta la rapidez y el grado en que se produce la resistencia.
El uso excesivo de antibióticos (especialmente, tomarlos aunque no sean el tratamiento adecuado) promueve la resistencia. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, si no se toman acciones en todos los países, para el año 2050 las muertes relacionadas con la resistencia antimicrobiana podrían superar a las defunciones por cáncer.
Los antibióticos tratan las infecciones bacterianas, no las virales. Por ejemplo, un antibiótico es el tratamiento adecuado para la amigdalitis estreptocócica, causada por la bacteria Streptococcus pyogenes, pero no es el tratamiento correcto para la mayor parte de los dolores de garganta, que son consecuencia de un virus.
Tomar antibióticos para una infección viral no curará la infección, no impedirá que otros se contagien, puede provocar efectos secundarios innecesarios o nocivos y promueve la resistencia a los antibióticos. Algunas infecciones virales frecuentes que no requieren tratamiento con antibióticos son:
Es tentador dejar los medicamentos en cuanto te sientes bien, pero es necesario terminar el tratamiento para eliminar a las bacterias causantes de la enfermedad. Si no tomas los antibióticos según la prescripción médica, tal vez luego tengas que reanudar el tratamiento y eso puede promover que las propiedades de resistencia a los antibióticos se extiendan entre las bacterias nocivas.
Algunas consecuencias de las infecciones por resistencia a los medicamentos son enfermedades más graves, recuperación más larga, hospitalizaciones más frecuentes o más largas, mayor cantidad de consultas médicas, tratamientos más caros, muerte y supervisión de los antibióticos.