El qigong no es solamente un ejercicio, es parte de la medicina tradicional china, misma que se centra en los estudios del qi o la fuerza vital. Es una gran herramienta para aprender a manejar la respiración y por consiguiente tener una mejor salud física y mental.

El carácter "qi" que constituye la primera parte de la palabra qigong es difícil de traducir, según comenta Peter Wayne, profesor asistente de medicina en la Escuela de Medicina de Harvard y director de investigación del Centro Osher de Medicina Integral de Harvard.

Qi es un concepto de la cultura tradicional china que significa, a grandes rasgos, energía vital, información, aliento o espíritu. El segundo caracter de qigong, "gong", significa cultivo o dominio. Por lo tanto, se traduce a veces como "cultivo de energía vital" o "dominio de la energía".

La postura es de suma importancia al practicarlo. El primer y más importante principio de esta práctica es la relajación, y para estar relajado, debes tener una buena alineación.

Además de asegurar que tu peso se distribuya uniformemente a través de ambas piernas y el tronco, hay un concepto llamado hundimiento, o chen, en el que sientes como si todo -tus hombros, tu abdomen, tu pelvis- se hundiera en el suelo. Hay una clara sensación de que todos los tejidos del cuerpo fluyen hacia abajo, como si desarrollaras raíces profundas en la tierra.

Hay varias formas de qigong, taoísta, budista, marcial y médico, explica Louis Komjathy, codirector, fundador y profesor principal de la Fundación Taoísta y profesor asociado de teología y estudios religiosos en la Universidad de San Diego.

La mayoría de las formas operan típicamente a partir del sistema de meridianos de la medicina tradicional china de 12 meridianos primarios y ocho vasos extraordinarios (los meridianos son vías de energía localizadas en todo el cuerpo, que corresponden a órganos particulares).

Esta filosofía es crítica para entender el qigong médico. Junto con la acupuntura, la medicina herbal y el masaje médico, es una de las cuatro ramas primarias de la medicina tradicional china, pero quizá la menos conocida.

Se cree que una dieta pobre, así como las lesiones, cirugías, la supresión de emociones y el envejecimiento pueden causar interrupciones en el flujo del qi. Al igual que la acupuntura, el qigong médico trata a las personas al facilitar el movimiento del qi a través de los meridianos.

Los practicantes de qigong médico están entrenados para sentir las diferencias de energía basadas en la vibración o las temperaturas que sienten que emanan de un paciente, ya sea a través del tacto y la palpación o a distancia.

Este es un ejercicio que puedes hacer como principiante para empezar a conectar de forma consciente con tu respiración:

• Acostado, pon tus manos en la parte baja del abdomen, que se conoce como el dantian inferior o campo de energía. Imagina que hay una bola dentro que se llena de aire al inhalar y se desinfla al exhalar. Mientras inhalas, dirige tu aliento hacia el abdomen inferior y siente tu vientre elevarse. Luego siente cómo se contrae al exhalar.
• Después de unas cuantas respiraciones como esta, desliza tus manos por debajo de la parte baja de tu espalda y vuelve a respirar, esta vez siente tu espalda expandirse en tus manos.
• Repite con las manos a los lados de la parte inferior del abdomen.
• Intenta practicar esto durante unos 10 minutos, y luego toma un descanso.

También puedes probar miniversiones de esto en momentos de estrés, como cuando estás atrapado en el tráfico o antes de empezar una conversación estresante.

3 posturas para princpiantes

Una postura inicial

• Esta postura te ayuda a alinear las caderas y la respiración desciende naturalmente al dahn-jon (abdomen).
• Ponte de pie con los brazos relajados a los lados. Relaja la mandíbula y toca la punta de la lengua ligeramente hasta el paladar mientras respiras.
• Dobla ligeramente las rodillas y pon las manos en posición de oración en la garganta.
• Relaja la parte superior del cuerpo y, con la ayuda de los músculos de las nalgas y las piernas, tira suavemente del perineo hacia adelante y hacia arriba para alinear los tres puntos de energía entre la cabeza y el sacro.

Una postura de origen

• Desde una postura de inicio, mueve tu pie izquierdo para que tus pies estén separados a la anchura de tus hombros.
• Mantén las rodillas ligeramente dobladas y mete el coxis hacia delante y hacia arriba. Sostén esta postura durante varios minutos.

Pose de un cielo

• También llamada "postura de equitación", esta postura requiere fuerza física para mantener las piernas en posición doblada durante un largo período, pero también puede fortalecer los muslos si se trabaja lentamente.
• De pie, con los pies juntos y las manos en posición de rezo a la altura de la garganta, coloca los pies a una distancia de entre 1 y medio y 2 anchos de hombros, con los dedos de los pies ligeramente girados hacia fuera.
• Flexiona las rodillas y baja el torso, mantén la columna vertebral perpendicular al suelo.
• Mantén tus hombros relajados y tu respiración uniforme. Quédate en esta postura de 30 segundos a 2 minutos.