¿Cuántas veces te has encontrado con la advertencia "fumar es nocivo para la salud"? Probablemente muchas, porque efectivamente, es dañino para el organismo. Al fumar, el calor del tabaco que se quema alcanza temperaturas próximas a los 600 y 900 grados centígrados, calor que transforma los numerosos componentes del tabaco y genera complejas reacciones químicas en el organismo.
"Echarte un cigarrito de vez en cuando" es tan dañino que sería mejor que la próxima vez que tuvieras un antojo lo pensaras dos veces. "Las repercusiones de fumar tabaco no sólo se presentan en los pulmones, garganta y dientes, sino que también tienen un efecto nocivo directo sobre otros órganos, como la piel", dice Lorena Ramírez Piña, médico especialista en estética y longevidad. La especialista señala que:
La diversidad de componentes químicos que se encuentran en el tabaco, que suman más de 4 mil tóxicos químicos, de los cuales 300 son sustancias con gran potencial cancerígeno, hace que la cantidad de problemas de salud relacionados con el tabaco sea muy compleja. En cuanto a la piel se refiere, se ha demostrado que el tabaco reduce la capacidad de cicatrización de los pacientes posquirúrgicos, sobre todo en quienes han recibido implantes de piel o cirugías con colgajos complejos.
El cáncer de piel de tipo no melanoma, específicamente el carcinoma epidermoide, es uno de los padecimientos provocados por el tabaco. Es el doble de frecuente en pacientes fumadores que no fumadores y el riesgo es mayor cuanto más cigarrillos se consumen. La especialista indica que entre los padecimientos frecuentes están los siguientes:
Para revertir estos daños “existen diversas opciones, además de los cambios de hábitos, como pequeñas dosis de toxina botulínica y ácido hialurónico, que aplicadas en las zonas específicas logran muy buenos resultados”, comenta la doctora Ramírez.
Lo mejor es que evites fumar y si ya lo haces, te esfuerces por dejar ese hábito que daña tu salud en todos los aspectos.
Foto de portada: Freepik