Durante mucho tiempo se creyó que las bacterias eran organismos dañinos que había que combatir para no ver afectada nuestra salud. La imagen negativa de las bacterias se extendió de tal modo que hasta la fecha hay muchas personas que, con tan sólo escuchar esa palabra, hacen una mueca de desagrado, pues relacionan las bacterias con algo “sucio” o insalubre.
Sin embargo, la realidad es que el ser humano y las bacterias tienen una relación mucho más estrecha de lo que nos hubiéramos imaginado y gran parte de nuestra salud depende de ellas.
Millones de bacterias se alojan en toda la superficie de nuestro cuerpo, sobre todo en el tracto digestivo.
Al conjunto de miles y miles de colonias de bacterias que viven en nuestro organismo y establecen una relación simbiótica con él se les conoce como microbiota. Durante décadas, los científicos han puesto especial atención en el comportamiento y la importancia de las bacterias que conforman la microbiota intestinal, es decir, la que se encuentra en las paredes de nuestro intestino, una de sus principales conclusiones es que una microbiota equilibrada es fundamental para una buena salud digestiva e integral.
¿Cómo puedo mantener una microbiota equilibrada?
Mantener el equilibrio de la microbiota es más sencillo de lo que crees, la clave se encuentra en adoptar sencillos hábitos saludables que pueden hacer una gran diferencia para tu cuerpo, por dentro y por fuera. Te decimos cuáles son: