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5 partes olvidadas de tu cuerpo que necesitan masaje

Mayo 11, 2018

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Es normal que cuando piensas en un masaje, lo primero que te viene a la mente sean las partes del cuerpo que en teoría están más expuestas a la tensión muscular y el estrés: la espalda, los brazos, las piernas, el cuello. Sin embargo, existen cinco lugares donde también se concentra una gran cantidad de energía que necesita ser liberada mediante masajes frecuentes.

 

1) Tu mandíbula. Tanto el movimiento de comer como de hablar e incluso de respirar, involucra el movimiento de más de 15 músculos de la cara y mandíbula; por lo tanto, la tensión que se puede acumular es enorme. Además, habrás notado que mientras más estresado estás, más tiendes a apretar los dientes y por ende, forzar la mandíbula. La mejor manera de eliminar la tensión es abrir la boca y colocar los dedos índice, medio y anular de tus manos en la unión de tu mandíbula, justo debajo de los lóbulos de las orejas y hacer pequeñas presiones mientras abres y cierras despacio la boca. Quizá notes un “crujido” completamente normal; significa que la tensión se libera.

 

2) Tus intestinos. Los intestinos siempre están en constante movimiento, aunque no lo parezca, pues el proceso de digestión es largo y tardado. Coloca tus manos en tu vientre y con una presión firme muévelas al mismo tiempo en círculos en sentido contrario a las manecillas del reloj. La mejor manera de hacerlo es acostado en la cama, sin almohada y completamente estirado, y debes repetir 30 veces el movimiento circular.

 

3) Tu diafragma. En promedio, cada persona inhala y exhala 20 mil veces en un solo día. Imagínate todo el movimiento al que está sometida esta vital membrana de tu caja torácica, bajo tus pulmones. Para masajearla, siéntate en una silla con la espalda recta y coloca tus palmas de las manos bajo las costillas; respira profundamente y al momento de exhalar, trata de tocar tus muslos con tu frente al mismo tiempo que haces un suave movimiento de presión con tus manos repetidamente. Hazlo cinco o siete veces.

 

4) Tus pies. A veces pasan desapercibidos y a veces no, pero lo cierto es que en cuestión de masajes, los pies no reciben la atención que merecen. Además de cargar con todo el peso del cuerpo y darle dirección a la caminata, muchas veces en períodos de estrés se hacen movimientos involuntarios con los dedos de los pies y éstos se tensan aún más de lo que ya estaban. Para relajarlos, quítate calzado y calcetines, siéntate en una silla y cruza primero una pierna y luego la otra sobre tus rodillas de manera que tus pies sean accesibles a tus manos sin hacer esfuerzo. Comienza a masajear el talón apretando firmemente, después la planta con el pulgar de tus manos, el empeine y al final, termina con los dedos.

 

5) Tus manos. Y qué decir de las manos. Todo el tiempo hacen fuerza, sujetan cosas, sujetan al cuerpo, realizan trabajos de precisión, teclean en los celulares y computadoras y demás movimientos que pasan desapercibidos y que generan estrés. Desde las muñecas hasta la punta de los dedos, es importante masajear las manos frecuentemente. La mejor manera de hacerlo es que alguien más lo realice en tus manos. Si por el momento no tienes a nadie, no te preocupes: ponte un poco de crema humectante y espárcela desde las muñecas hasta las uñas. Ejerce un poco de presión sobre cada una de las articulaciones. Alterna entre mano y mano. Presiona primero con una y luego con la otra, punto por punto hasta que recorras tus manos por completo. Si la crema se absorbe, agrega más.

 

Si aplicas un masaje constante en estos cinco puntos casi siempre olvidados, notarás una gran diferencia en el alivio de tu tensión. El nivel de relajación que puedes obtener al darte masaje, o mejor aún, que te lo den, se elevará como nunca has experimentado. ¡Haz la prueba!


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