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Cómo cambia el cerebro cuando te vuelves mamá

Octubre 03, 2018

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¿Qué vas a aprender con esta nota?

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  • Los cambios que tu cuerpo experimenta en el embarazo

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  • Que la naturaleza te da todas las herramientas para ser mamá

Decorar la habitación, los baby showers y esas tiernas imágenes de ultrasonidos pueden parecer la parte más emocionante de la preparación para la llegada de tu bebé. Pero resulta que en tu interior tu cerebro también hace muchos cambios, como forma de apoyo a tu nuevo rol de madre.

 

La verdad es que prepararte para dar a luz y todas las nuevas demandas de la maternidad requiere incontables nuevas habilidades, procesos cognitivos y capacidades. El cerebro de una mujer realiza enormes modificaciones durante el embarazo y semanas después del nacimiento, para poder satisfacer las necesidades del nuevo ser. Se produce un incremento de la actividad cerebral en los circuitos y conexiones del cerebro maternal (las secciones que se usan específicamente para tareas asociadas a esta tarea), así como cambios en estructura y tamaño.

 

El estudio de estos cambios en el cerebro se empezó a estudiar no hace mucho. Muchas investigaciones señalan que algunas partes de este órgano aumentan su talla durante la gestación y el posparto. En la lista de cambios que suceden están las grandes modificaciones hormonales que tienen que ver con la oxitocina y la progesterona.

 

Las fluctuaciones hormonales son esenciales en la vinculación madre e hijo. Por ejemplo, la risa o el llanto de un bebé causan niveles elevados de oxitocina. Algunas zonas de tu cerebro, como la amígdala y el camino de recompensa, también experimentan un aumento de actividad extraordinaria en el transcurso de esta etapa. La amígdala es una estructura que se encarga de los recuerdos y las emociones como miedo y ansiedad. En otras palabras, hacen que la mamá sea más perceptiva ante las necesidades y emociones del pequeño.

 

Otro cambio significativo tiene que ver con el camino de recompensa. Éste es una serie de estructuras cerebrales que se comunican a través del uso de la dopamina (sustancia química que esencialmente te hace sentir bien). Dicho camino se activa cuando hay un estímulo placentero y es un factor clave en las habilidades de la nueva mamá. Es importante porque mantiene este vínculo y fomenta tu motivación para encargarte de manera consistente de todo lo que tu angelito requiere. Como cualquier madre sabe, ¡es mucho trabajo!

 

De igual forma, otras zonas de materia gris pueden reducir su tamaño cuando el bebé nace. La pérdida de memoria o distracción momentánea (mommy brain) es algo muy real en las nuevas mamás. Esto se debe a que el cerebro invierte todos sus recursos en otras tareas más apremiantes (adivinaste: ¡como atender al bebé!).

 

Una transición feliz hacia la maternidad necesita muchos elementos físicos, emocionales, sociales y cognitivos. Tener una buena comprensión de ellos y de las tareas que realizan distintas partes del cerebro, te permite comenzar a juntar las piezas del rompecabezas que contiene las respuestas a por qué exactamente tu cerebro cambia en la manera en que lo hace.

 

Todo este movimiento biológico y estructural apoya a la mujer durante este proceso. Le ayuda a priorizar y reaccionar correctamente a las necesidades del bebé y a hacer más fuerte su vínculo, y hasta tiene una influencia en su forma de planear. Asimismo, todo ello es útil para fomentar la empatía y gestionar los momentos de estrés; de manera especial, durante esas primeras noches sin dormir, que forman parte de la bienvenida al mundo de la maternidad. 


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