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Cuidado: el estrés se apodera de las redes sociales por el coronavirus

Marzo 23, 2020

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¿Qué vas a aprender con esta nota?

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  • Usar tus redes sociales con cautela puede ser positivo

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  • Para hacer un buen uso de redes sociales debes hacer un plan

La pandemia por el COVID-19 llegó con temor, incertidumbre y un cambio de vida que pocas personas han experimentado antes; y todo ello, amplificado por las redes sociales.

 

Las noticias siempre tienen a algunas personas pegadas a sus dispositivos o a la televisión en la busqueda constante de actualizaciones mientras que otras, en un proceso de desintoxicación y sanación, están listas para dejar sus redes sociales por completo. "Es la receta perfecta para la ansiedad y el pánico", comparte la psicóloga Debra Kissen desde Chicago. Y debe tenerse en cuenta que el estrés es un factor que afecta la salud.

 

Pero Kissen, CEO del centro de tratamiento Light on Anxiety, dice que la ansiedad se puede controlar y que las redes sociales, si se usan correctamente, no tienen por qué afectar tu salud mental y, en cambio, pueden ayudarte a encontrar el equilibrio.

 

Kissen reconoce que la pandemia de coronavirus no tiene precedentes debido a la forma en que la incertidumbre se ha infiltrado en "cada pequeño rincón". La gente se preocupa porque un vecino tiene tos, por tocar cualquier superficie o por salir al supermercado. La respuesta de tu cerebro a tal incertidumbre es la definición misma de ansiedad: "La ansiedad se trata de un futuro, ¿va a pasar algo malo y qué puedo hacer para protegerme?".

 

Ante una amenaza visible tu cerebro puede elegir una acción, por ejemplo, pelear o huir, pero en medio de la incertidumbre tu cerebro busca lo que puede controlar, incluso cuando no se puede hacer nada útil. Ahí es cuando empiezan los problemas.

 

Keith Hampton, profesor del Departamento de Medios e Información de la Universidad Estatal de Michigan en East Lansing, dice que "las redes sociales amplifican el estrés al brindarnos una conexión personal con las personas que directamente experimentan malas noticias".

 

Pero Hampton, quien dirigió un estudio para el Centro de Investigación Pew sobre este "costo del cuidado", dice que la relación con las redes sociales no tiene por qué ser negativa: "Sabemos, por ejemplo, que las personas que usan más redes sociales tienden a percibir que hay más apoyo social disponible para ellos". Y cuando las personas experimentan cosas positivas, también obtienen un poco de optimismo psicológico.

 

Por lo tanto, parte de la solución para administrar las redes sociales en un momento de gran ansiedad es asegurarte de compartir no sólo lo que te alarma, sino también las buenas noticias que tengas. Hampton señala que si las personas se sienten seguras y mejor, "ese tipo de información positiva puede ser contagiosa". Por esta razón no recomienda desactivar las redes sociales por completo.

 

El distanciamiento social, la práctica de dejar un espacio físico entre tú y otras personas para prevenir la propagación del virus, es necesario. Pero Hampton dice que este no es un momento para el aislamiento social, es un momento para buscar y dar apoyo a quienes lo necesitan. Y las redes sociales pueden ser una herramienta muy poderosa para ayudar a amigos y familiares a distancia, para brindar apoyo emocional a aquellos que lo requieren.

 

Usa las redes sociales con cautela

Mantenerte al día con información de alta calidad es vital. "No podemos meter la cabeza en la arena y pretender que esto no está sucediendo, porque eso no es saludable ni bueno", dijo Kissen. Por lo tanto, elige una fuente confiable de noticias y decide cuántos artículos revisarás y cuántos minutos al día dedicarás a ello.

 

Mantener tu cerebro en atención plena es la clave para reducir la ansiedad en todos los aspectos de la vida. Las aplicaciones para la TCC (terapia cognitivo-conductual) pueden ser útiles, y algunos tradicionales y conocidos trucos como hacer ejercicio, caminar y estar activo pueden resultar muy provechosos.

 

"Piensa en una computadora que tiene 20 ventanas abiertas y está congelada porque suceden muchas cosas al mismo tiempo", dice Hampton, "eso obliga a reiniciar". ¿Cómo puedes reiniciar? ¿es sólo pararte y estirar? ¿recibir aire fresco? ¿qué puedes hacer para mover tu cuerpo? En general, comenta Thompson, el objetivo es romper ese ciclo interminable de anticipación ansiosa, y a veces sólo es necesario no hacer nada, aunque tu cerebro te haga pensar que deberías hacer más. A veces, simplemente no hay nada más por hacer.

 

Con información de American Heart Association


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