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Cómo diferenciar síntomas de COVID-19 de un ataque de ansiedad

Abril 23, 2020

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¿Qué vas a aprender con esta nota?

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  • Los síntomas de ansiedad y COVID-19

Si el título de este artículo te pareció interesante, es porque muy seguramente has sentido miedo de estar contagiado o has pensado en algún momento de esta cuarentena que contrajiste COVID-19. Esto es normal debido a la cantidad de información que nos bombardea día con día, y si eres de esas personas que consume noticias todo el día y todo el tiempo, tu situación no va a mejorar.

 

Con esto no se te recomienda que dejes de estar informado o hagas caso omiso a las indicaciones, más bien es todo lo contrario. Si eres propenso a sufrir ataques de ansiedad y has notado que se intensificaron a partir del inicio de la cuarentena, lo primero es limitar tu contacto con los sitios y programas de noticias, después seleccionar cuáles son los más confiables y de ahí escoger qué secciones te benefician y qué secciones es mejor omitir.

 

Si aunque hagas esto tu ansiedad no disminuye y con un estornudo o dolor de garganta te dan ganas de correr hacia el hospital, toma en cuenta los siguientes consejos de un experto.

 

El doctor José María Arribas, médico de familia online de Omnidoctor, dice que es fácil confundir los síntomas de COVID-19 con los de la ansiedad: "los síntomas característicos de la ansiedad, que consisten (entre otros) en sensación de falta de aire, ahogo, palpitaciones, sensación de taquicardia y respiración más frecuente, son síntomas que se utilizan en el chequeo de un paciente con COVID o posible COVID, ya que son muy característicos de esta enfermedad y se usan en la valoración de la gravedad". 

 

La situación laboral y el estrés de estar encerrado pueden provocar que tu mente se enferme y a su vez tu cuerpo comience a desarrollar ciertos síntomas físicos, que podrían confundirse con los de COVID-19. 

 

Cuando te sientes en peligro, el cerebro activa un sistema de alarma para protegerte y da la orden al resto del cuerpo de generar una serie de cambios para garantizar la supervivencia (redistribuye la sangre para que haya más concentración en las extremidades por si necesitas correr o luchar, aumenta la frecuencia cardiaca y la respiración para darte más energía, contrae tus músculos para adoptar una postura de defensa y estar preparado/a físicamente).

 

Es completamente lógico que sientas miedo y ansiedad en esta situación, pues los números alarmantes de enfermos y muertes en el país no son para tomarse a la ligera, pero la aprehensión puede llevarte por caminos que no deseas transitar. 

 

Según el doctor Arribas, "el miedo y el pánico que esta enfermedad produce es brutal, y con razón, ya que es muy imprevisible; sin embargo, debemos ayudar a los pacientes a identificar correctamente la sospecha de COVID-19".

 

Lo fuerte no es la somatización, sino el pensamiento: "Algo fundamental que trabaja la telepsicología es la reestructuración del pensamiento, de forma que puedas reducir su poder y efecto a nivel emocional, mientras aprendes a elaborar pensamientos más sanos que te ayuden a gestionar el miedo y a no dejarte llevar por él".

 

Síntomas reales de COVID-19

¿Cuáles son los síntomas que pueden hacernos sospechar que realmente tenemos COVID-19? Según el doctor Arribas: "debemos considerar a un paciente con sospecha de COVID en el momento en que el presente cualquiera de estos síntomas: febrícula o fiebre alta, tos, malestar general, rinorrea, dolor de garganta, náuseas, vómitos y/o diarrea, dolor de cabeza, cansancio; es muy característica también la pérdida del sentido del gusto y del olfato".

 

Pero, según el doctor, lo más significativo en cuanto a valorar como grave es la sensación de falta de aire y de ‘tener un peso en el tórax’ que impide la entrada de aire; y también, la sensación de adormecimiento y extrema debilidad.

 

Síntomas de un ataque de ansiedad

Ya tienes claros los síntomas por los que pueden diagnosticarte COVID-19. ¿Cuáles son los síntomas de un ataque de ansiedad puro y duro?

 

  • Palpitaciones, golpeteo del corazón o aceleración de la frecuencia cardiaca.
  • Sudoración.
  • Temblor o sacudidas.
  • Sensación de dificultad para respirar o de asfixia.
  • Sensación de ahogo.
  • Dolor o molestias en el tórax.
  • Náuseas o malestar abdominal.
  • Sensación de mareo, inestabilidad, aturdimiento o desmayo.
  • Escalofríos o sensación de calor.
  • Parestesias (sensación de entumecimiento o de hormigueos).
  • Desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (separarse de uno mismo).
  • Miedo a perder el control.
  • Miedo a morir.

 

¿Cuándo sí debes ir al doctor?

Como subraya el doctor Arribas, "ante la aparición de fiebre mayor a 38.5º con tiritona, sensación de falta de aire (te cansas al levantarte o empeora cuando comienzas a caminar), tos muy intensa con dolor en pecho al toser y expectoración con sangre o flema amarillenta y ante la aparición de empeoramiento general claro". Y añade: "También puede haber vómitos, diarrea líquida continuada y cefalea intensa".

 

No hay que olvidar que estos síntomas son de alto riesgo para los pacientes con enfermedades crónicas (cardiovasculares, hipertensión, pulmonar, renal, diabetes), alteración del sistema inmunitario, edad avanzada, embarazo o edad pediátrica.

 

Con información de Elle


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