Las enfermedades o las lesiones pueden contribuir, pero la fragilidad es lo que nos mata, dice el doctor Mehmet Öz, cirujano cardiotorácico y autor de varios libros. Nuestros cuerpos no se pueden recuperar tan bien si no somos fuertes. Es por eso que Öz recomienda un entrenamiento balanceado que incluye cardio, fuerza y flexibilidad.
Pero tranquilo: esto no significa que tengas que pasar horas en el gimnasio. Puedes encontrar un pequeño espacio en tu día (sólo 7 minutos) para hacer una rutina muy completa. Además, puedes decirle adiós a esas aburridas sesiones en la caminadora. En su lugar, puedes adquirir un contador de pasos y establecer un objetivo de 10 mil pasos al día.
Además del ejercicio, la alimentación juega un papel fundamental en tu estado de salud. Aquí algunos consejos:
- Elimina lo blanco. Es la forma más fácil de perder peso y mejorar tu salud. Casi todos los alimentos de este color (pan, arroz, pasta, azúcar y harina) están hechos principalmente de carbohidratos refinados y calorías vacías.
- Dale la bienvenida al brócoli. Este vegetal ayuda a limpiar el hígado, e incluso puede contribuir en la lucha del cuerpo contra el cáncer. Se recomienda prepararlo al vapor en lugar de hervirlo, para conservar todos los nutrientes.
- No olvides tu dosis de Vitamina D. El nutriente que viene del Sol es relevante en la pérdida de peso, pues controla el apetito y contribuye a que las células grasas sean más activas metabólicamente. Otras fuentes de esta vitamina son el salmón y el atún.
- Bebe más agua. Está en todas las listas de estilo de vida saludable, y hay una buena razón para ello: el agua es la mejor fuente de energía, lo cual es clave para mejorar tu metabolismo. Haz lo posible por consumir mínimo ocho vasos de agua al día.
- Cambia los suplementos por el té. Tomar té verde natural es una excelente forma de mantenerte sano. Es rico en antioxidantes que se encuentran en plantas que protegen de padecimientos cardiacos y algunos tipos de cáncer. Disfruta y bebe varias tazas al día.
- Enfócate en los nutrientes, no en las calorías. Aunque la medida calórica es importante a la hora de planear una dieta, la calidad de los alimentos es mucho más relevante. Tu cerebro está en busca de nutrientes, no de calorías. Él te hará comer hasta que estés satisfecho.
- Retrasa el postre. No es que tengas que eliminarlo por completo, pero trata de no ceder a la tentación inmediatamente después de comer. La razón es que el azúcar interrumpe la absorción de nutrientes, así que espera al menos 2 horas.
- Duerme más. Cuando privas a tu cuerpo de suficientes horas de sueño, el proceso de envejecimiento se acelera y perder peso se complica. Concédete al menos 7 horas en los brazos de Morfeo cada noche y dale a tu sistema la oportunidad de restaurarse y de proteger las funciones vitales de los órganos.
- Desayuna bien. Seguro lo has escuchado antes, pero vale la pena repetirlo: ¡es la comida más importante del día! Si no comes adecuadamente cuando despiertas tu cuerpo detecta la falta de alimento y, en consecuencia, hace el metabolismo más lento para compensar.
Con información de Shape