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Deja las quejas a un lado con estos principios estoicos

Quejarse de las cosas malas que te pasan en la vida resulta algo fácil. Requiere poco pensamiento lógico y básicamente le adjudicas la responsabilidad a todo lo demás, menos a ti. Ponte a pensar un momento, ¿cuántas veces al día te quejas? Del tráfico, del compañero del trabajo, de la comida, de lo agotador que es ir y venir por la ciudad, etcétera.

 

Es claro que quejarse te permite un desahogo y un respiro, pero cuando lo conviertes en algo inherente de tu vida, se vuelve un problema. A fin de cuentas, quejarte no sirve de nada si no haces algo al respecto para cambiar las circunstancias que te molestan. Así que menos queja y más acción.

 

Al respecto, la filosofía de los estoicos te enseña dos cosas: olvida lo que no puedes controlar y enfócate en lo que puedes cambiar. Ellos creían fervientemente que lamentarte y preocuparte por cosas que no puedes controlar es un autosabotaje malsano. Inviertes mucha energía en la negatividad, en lugar de usarla para llegar a soluciones.

 

Utiliza la visualización negativa

Los estoicos estaban convencidos de que necesitas controlar tus expectativas y deseos porque son en gran medida una fuente de frustraciones, decepciones y quejas. Si solamente alimentas estas expectativas irreales que no se cumplen, básicamente tendrás un sentimiento de tristeza.

 

Así pues, los estoicos consideran que visualizar el peor escenario posible en cualquier circunstancia podría ayudarte. Puedes escribir cada día tres cosas muy importantes para ti e imaginar lo triste y defraudado que te sentirías si no las tuvieras. De esta manera podrás valorarlas mucho más, agradecer y cuidarlas mejor.

 

Amor fati (ama tu destino)

Amor fati es el nombre de una filosofía estoica que significa "amor a tu destino". La premisa esencial de este concepto es que todo lo que te pasa en la vida, ya sea bueno o malo, te sucede porque tienes la capacidad para vivirlo.

 

Esta es una mentalidad estoica que implica aceptar todo lo que te ocurra en la vida: el sufrimiento, las alegrías, las pérdidas, lo bueno y lo malo, porque a fin de cuentas todas esas experiencias son lecciones que te permitirán ser una mejor persona día con día.

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