Tu cuerpo está conectado con tus emociones. Acuérdate de aquella vez que tenías mucho estrés y todo se tensaba en tu cuerpo; tal vez el estrés se hizo visible con alguna contractura en el cuello o con dolores de cabeza. La realidad es que lo que pasa en tus emociones afecta tu salud física y viceversa. Si tuviste algún trauma físico, es probable que esto haya afectado tus emociones.
Las culturas de Oriente dicen que el psoas es el músculo del alma porque está conectado con el diafragma, mismo que se encarga de que tengas una respiración adecuada. Y como sabes, es absolutamente crucial que respires de forma adecuada para tener un buen equilibrio emocional. Recuerda que la respiración tiene la capacidad de calmarte cuando estás ansioso o enojado y puede relajarte para dormir mejor.
El músculo más profundo de todos
El psoas es el músculo más profundo y largo del grupo de los flexores de la cadera, y se encarga de contraer y unir al torso con los cuádriceps. En temas espirituales, a este músculo se le ve como la voz de tu intuición y se le relaciona con los sentimientos de las "corazonadas" o "mariposas en el estómago". Justamente en esta sección se encuentran los tres chakras base: muladhara (raíz), svadhisthana (sacro) y manipura (plexo solar).
La tensión que se crea en tu psoas va a tener un impacto en tu salud emocional. El estrés puede causar esta tensión y hacer que tu psoas se haga más pequeño o se endurezca. Esto puede provocar que tengas dolores de espalda alta/baja, problemas digestivos y dolores menstruales fuertes.
Por el contrario, si tienes un psoas saludable, podrás dejar que toda esa energía vital fluya de manera adecuada por los huesos, las articulaciones, los órganos y en general todo tu cuerpo.
Ejercicios para fortalecer tu psoas
Estiramiento de rodilla al pecho
1. Acuéstate sobre tu espalda y lleva las plantas de los pies sobre el tapete.
2. Lleva tu rodilla derecha hacia el pecho y jálala levemente hacia ti.
3. Haz de cinco a 10 respiraciones antes de cambiar al otro lado.
Torsiones de la columna
1. Acuéstate a lo largo de tu tapete.
2. Lleva ambas piernas hacia tu pecho y déjalas caer del lado derecho. Puedes llevar tu mirada hacia el lado izquierdo para sentir una torsión mayor.
3. Vuelve a recoger tus rodillas hacia el pecho y ahora haz lo mismo del lado izquierdo.
4. Mantén de 10 a 15 respiraciones por cada lado. Relaja tu mente y tu cuerpo y deja que todo tu cuerpo se estire.
Puente
1. En una posición acostada sobre tu mat o el piso, lleva las plantes de los pies sobre el tapete.
2. Tus pies deben estar a lo ancho de tu cadera.
3. Tus brazos deben estar a tu costado y estirados, o si te es más cómodo, puedes llevarlos en posición de cactus o de cruz.
4. Poco a poco sube tu cadera hacia el techo; trata de que el movimiento sea lento, y recuerda siempre respirar cuando lo hagas.
5. Puedes mantener tu cadera arriba durante cinco respiraciones o 10, como tu cuerpo te lo pida.
6. También puedes hacer varias repeticiones. Tú decide con qué te sientes más cómodo.
Al incluir este tipo de estiramientos para el psoas en tu rutina diaria, vas a sentir cómo tu cuerpo está mucho más relajado y, como consecuencia, también tus emociones y tu humor. Si haces estos ejercicios diario durante un par de minutos, podrás notar la diferencia en un par de meses.
Recuerda que, ante todo, tienes que hacerle caso a tu cuerpo. Siempre date cuenta de las sensaciones: si algo no se siente bien, entonces puedes modificar la postura. Tu cuerpo es único y, por lo tanto, tienes que tratarlo con el respeto que se merece.
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