A lo largo de tiempo se ha mantenido la idea de que perros y gatos mantienen una enemistad milenaria, lo cual incluso ha llevado a la creación de frases como “pelean como perros y gatos”, así como a un sinfín de historias, películas y caricaturas basadas en esta supuesta rivalidad. 

Pero la realidad es muy distinta, y aunque sí puede haber casos de perros que no soportan a los gatos, o viceversa, en la mayoría de las ocasiones ambas especies conviven bien y hasta se llegan a convertir en amigos inseparables. 

Así que si tienes un perro y piensas adoptar un gato, o convives con un felino y ahora quieres integrar un can a la familia, no dejes que estas ideas prejuiciosas te limiten y échale un ojo a las siguientes recomendaciones que te pueden ayudar a lograr una mejor convivencia entre perros y gatos. 

En primer lugar, lo más importante es que tengas paciencia con ambas mascotas y realices el proceso con amor y comprensión, pues se trata de una situación nueva para todos, que puede generar cierto estrés mientras se adaptan al cambio y la nueva dinámica.

Antes del encuentro

Al menos 3 días antes de la llegada del nuevo integrante a la casa, designa y reacomoda en un nuevo lugar las pertenencias de tu actual mascota, y en otra habitación las cosas del nuevo integrante. El objetivo es darle a cada uno su espacio y evitar posibles confrontaciones a la hora de la comida o el descanso. También ayudará mucho colocar una manta o toalla con el aroma del otro al lado de cada mascota, así se irán adaptando poco a poco a sus feromonas y el primer encuentro será más amigable. 

Durante el encuentro

El primer contacto deberá ser en un lugar amplio, por ejemplo, el patio de tu casa o alguna estancia o habitación espaciosa. El perro deberá estar sujeto por su correa, mientras que el gato (que es más susceptible a agobiarse y ser agresivo) deberá estar libre para que pueda apartarse en caso de algún incidente entre ambos. 

Lo ideal es presentarlos frente a frente con un espacio de al menos 30 centímetros durante unos segundos, y posteriormente retirarlos. Es importante evitar la sobreexcitación y no acercarlos cara a cara, pues alguno de los dos podría tomarlo como invasión a su espacio, lo cual provocaría una reacción instintiva negativa donde ambas mascotas, e incluso tú, podrían resultar heridos.

Durante la convivencia

Si conocerse resultó bien es recomendable que, al menos los primeros 3 días, permanezcan separados con convivencias supervisadas y adaptaciones paulatinas. Para ello, puedes hacer lo siguiente: 

Acaricia a uno e inmediatamente acaricia al otro, para continuar con la adaptación por feromonas. Coloca puertas de seguridad para bebés entre dos habitaciones para que puedan convivir cuando ambos se sientan listos o tengan curiosidad, pero con una barrera intermedia de seguridad para los dos.

Si durante la convivencia tienen un buen comportamiento, recompénsalos con frases como "¡Muy bien!" o "¡Bien hecho!", seguidas de un premio apto para cada uno, de modo que relacionen su buen comportamiento y actitud con algo positivo.   

Después de la integración

Si tienes que volver al trabajo o salir de casa por varias horas y van pocas semanas de la integración, lo mejor es que dejes a tus mascotas en cuartos separados, pues recuerda que ambos tienen instintos propios de su especie, que pueden desencadenar algún problema entre ellos si no estás para supervisarlos. 

También es importante que no hagas distinciones entre ninguna de las mascotas; siempre convive, juega, premia, reprende y compra accesorios en la misma proporción, para que ninguno sienta algún rezago o falta de afecto de tu parte. 

En caso de que te sientas más tranquilo con el apoyo de un especialista puedes consultar con un etólogo para que, a través de una detallada observación en el comportamiento de ambas mascotas, te pueda proporcionar una rutina de adaptación más específica.

Con información proporcionada por Gonzalo Caballero, MVZ de Royal Canin.