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Estas son las razones científicas para no orinar dentro de la alberca

Julio 04, 2018

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Aunque difícilmente alguien va a admitirlo, la realidad es que muchas personas acostumbran orinar dentro de las albercas. Según un estudio publicado por el Consejo para la Calidad y la Sanidad del Agua de Estados Unidos, dos de cada 10 personas reconocen haber orinado en la alberca y ocho de cada 10 piensan que los demás lo hacen

 

Más allá de la honestidad de los encuestados, el análisis del agua arroja inquietantes resultados. Un grupo de científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Alberta, Canadá, realizó una investigación en la que analizaron el agua de distintas albercas

 

Los resultados indican que las piscinas de alrededor de 416 mil litros de agua (20 x 10 metros y 2 metros de profundidad, aproximadamente) suelen contener hasta 30 litros de orina, mientras que aquellas que tienen el doble de tamaño incluyen hasta 75 litros de orina. 

 

Esto quieres decir que mucha gente hace pipí cuando está dentro del agua. Y este problema puede ser más grave en las temporadas vacacionales, como en verano, ya que la cantidad de personas que visitan las albercas aumenta considerablemente.

Este hecho suele ocasionar más desagrado o gracia que preocupación, pero es algo a lo que se debería prestar más atención y habría que crear conciencia para que la gente no lo haga, pues, aunque a simple vista no parezca haber riesgo alguno, puede afectar seriamente la salud propia y de los demás. 

 

Aunque la orina por sí misma es inofensiva para la salud, algunos de su componentes como la urea, el amoníaco y la creatinina, presentan reacciones químicas al combinarse con sustancias como el cloro

 

De acuerdo con un estudio publicado en el Enviornmental Science & Technology Journal de la Sociedad Americana de Química, la mezcla de orina con cloro produce nuevos componentes nocivos para la salud, la tricloramina y el cloruro de cianógeno, los cuales están relacionados con problemas pulmonares, cardiacos y del sistema nervioso.

 

Contra las razones anteriores para no orinar en la piscina, se ha argumentado que también el sudor libera ácido úrico. Sin embargo, se han realizado estimaciones que postulan que, en las albercas, el 90% de esta sustancia proviene de la orina de sus ocupantes.

 

Ambos gases, el cloruro de cianógeno y la tricloramina, se multiplican con el tiempo. Un grupo de investigadores de la Universidad de Agricultura de China estudió los gases durante una competencia de nado, y encontraron que la cantidad de ésto se duplicó en 1 día.

 

Prohibir que los usuarios de las albercas orinen en ellas es algo muy complicado ya que, a menos de que se haga un análisis de laboratorio del agua, no se puede saber si ésta contiene orina o no, y mucho menos se puede saber exactamente de quién proviene.

 

Una de las maneras que se ha encontrado para reducir estos dos componentes es aumentar la cantidad de cloro que se vierte en el agua. Y aunque esta es la solución más rápida, lo ideal es que las personas sean conscientes y dejen de orinar en las albercas, tanto para cuidar su propia salud como la de los demás

 

Por ello, si tienes hijos, explícales que no deben hacerlo y pídeles que te avisen cuando quieran ir al baño para que los lleves y lo hagan en el lugar adecuado. Y tú mismo evita hacerlo; que no te dé flojera salir un rato del agua para ir al baño. Piensa que es por el bien de todos.


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