Se estima que cada mujer es capaz de consumir aproximadamente 9,600 tampones o toallas en su vida y dado que las mujeres representan un 49.6% de la población mundial, la producción y venta de estos productos higiénicos desechables es sumamente lucrativo. El mercado no sólo es enorme sino que las clientas permanecen cautivas durante años comprando estos productos mes con mes. A pesar de las incomodidades y riesgos a la salud que implican, los cuales incluyen el incremento de la incidencia de infecciones, irritación, resequedad y riesgo de sufrir shock tóxico, una enfermedad bacterial potencialmente mortal. Además en estos productos se han encontrado rastros de dioxina, la cual es considerada como un agente cancerígeno. Por si fuera poco son tan dañinos para el ambiente como lo son para las mujeres ya que su manufactura incluye polietileno no biodegradable, surfactantes y pegamentos.
Millones de mujeres han usado estos productos por años a pesar de sus desventajas, por falta de opciones o de conocimiento de esas opciones. Pero la buena noticia es que sí las hay y son más amigables con la salud femenina y el medio ambiente que los productos desechables. Una de estas opciones es la copa menstrual que como su nombre lo indica es una copa de silicón quirúrgico que se coloca en la vagina para recolectar el flujo menstrual. Pero ¿Cómo funciona exactamente? Básicamente el material de la copa es flexible, lo cual permite doblarla e insertarla en la vagina donde se abre naturalmente y crea un vacío que le permite sellar y evitar las fugas. Después de unas horas puedes retirarla, vaciarla, enjuagarla y volverla a colocar. La frecuencia con la que lo hagas dependerá de la cantidad de flujo que tengas, pero la copa puede funcionar hasta por 12 horas. Cada marca de copa presenta pequeñas variaciones en su diseño, algunas ofrecen diferentes tamaños y colores.
Lo más recomendable para esterilizarla es hervirla durante 10 minutos al principio y al final de tu periodo. La copa es hipoalergénica, por lo cual la pueden usar mujeres con sensibilidad al látex. Su flexibilidad hace que se adapte a tu cuerpo y resulte cómoda de usar, además como sella perfectamente puedes nadar, correr, andar en bicicleta o realizar cualquier otro tipo de ejercicio con ella. Dependiendo del uso y la marca puede durar de 5 a 10 años, lo cual significa un ahorro y es biodegradable, pues al final de su vida útil puede ser incinerada y sus cenizas esparcidas en la tierra.
Además muchas mujeres que la usan experimentan una disminución de los cólicos y otras molestias características de la menstruación y un mayor contacto con su cuerpo. Para algunas implica entrar en contacto con una sensibilidad ancestral que les permite liberarlse de las ideas distorsionadas sobre la femineidad y reconectarse con la naturaleza. ¿Pero de verdad todo es tan perfecto? Bueno, eso depende de ti, ya que una vez que tengas tu copa tendrás que familiarizarte con ella y aprender a ponértela. Es posible que te tome un par de periodos dominar la técnica de inserción y extracción por completo y ajustarte. Pero usarla te pondrá en contacto con lo que pasa en tu cuerpo, a ir más allá de los prejuicios alrededor de la menstruación que la califican como sucia y vergonzosa. Además si quieres establecer una conexión con tu periodo que sea más armónica y en sincronía con los ciclos naturales de la vida puedes diluir la sangre recolectada por tu copa en un poco de agua y regar con ellas tus plantas. Las cuales agradecerán los nutrientes y a cambio te harán sentir que esto no es algo sucio, sino que incluso cuando los óvulos no se fecundan, la sangre de tu periodo puede alimentar la tierra e inyectarla de vitalidad.
En resumen probar la copa menstrual es un experimento que puede cambiar tu existencia por que ya lo ha hecho con la visión y la vida de otras mujeres alrededor del mundo. Incluso la de la aquellas que pertenece a comunidades tan marginadas económicamente que no pueden pagar el costo de tampones o compresas. De acuerdo a datos proporcionados con la asociación “Days for girls”, en el curso de tres años escolares las niñas pueden perder un total de hasta 8 meses de clases. Pues además de la ausencia de instalaciones sanitarias apropiadas y la falta de productos higiénicos las niñas deben enfrentar el estigma y la humillación asociado a sus periodos. Por si esto fuera poco, para contener el flujo muchas recurren al uso de periódicos, hilachos de tela, algodón, pedazos de relleno de colchón, incluso barro lo cual no sólo es ineficiente e incómodo, también puede causar infecciones graves.
Todas estas razones han motivado a organizaciones como la anteriormente mencionada a llevar copas menstruales a estas comunidades alrededor del mundo. Qué mejor forma de trabajar en pos del balance de las energías femeninas del mundo que dándole la oportunidad a estas mujeres de conservar su salud y la participación en la vida social y académica.
Fuentes:
https://en.wikipedia.org/wiki/Menstrual_cup