Hace unos días la popular blogger Xeni Jardin publicó en su cuenta de Twitter una imagen con su perro --el cual ha sido bendecido por el Dalai Lama-- poco después de recibir quimoterapia asegurando que todas las personas con cáncer (como ella) deberían tener un perro. Esto parece ser una buena idea en la que coincide la psicología con la ciencia. 

Recientemente entre pacientes con cáncer se ha esparcido una adorable tendencia de tener perros ya no sólo como mascotas sino como parte integral de un plan de tratamiento, verdaderos asistentes emocionales que hacen más fácil la recuperación de la quimoterapia y que se revelan como incondicionales amigos. 

El concepto de "Therapy dogs",  es especialmente populares con los niños, pero de ninguna manera en exclusivo (también para las personas de la tercera edad es altamente efectivo),  a los niños les da una sensación hogareña, y una muestra de amor incondicional. Los perros parecen tener una disposición especial para confortar a los enfermos, una paciencia infinita, una capacidad de producir sonrisas; mientras todos están tristes los perros mantienen el ánimo.  

Estudios científicos muestran que la terapia asistida por animales disminuye la ansiedad, el dolor, la presión sanguínea y ayuda a aliviar la depresión. Los investigadores han notado una importante diferencia midiendo las reacciones y signos corporales de los pacientes antes y 20 minutos después de que un perro entra a su habitación a visitarlos.

Se han utilizado diversos animales, como gatos y conejos, también con éxito, pero se cree que ciertas razas de perros, como los labradores son los más "profesionales" para realizar este tipo de terapias. 

Por supuesto no todos los pacientes pueden tener un perro, especialmente ya que muchos no pueden cuidarlo en su estado, sin embargo, muchos hospitales en Estados Unidos ofrecen ya este servicio, para el cual reciben apoyo de voluntarios. Esta e suna forma en la que puedes ayudar: llevando tu perro a visitar a un paciente con cáncer.