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Algunos pros y contras del sexo casual

Marzo 16, 2018

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6 minutos de lectura

Seamos sinceros: a todos nos emociona o ha emocionado la idea del sexo casual, es decir, por ejemplo, salir una noche de fiesta, conocer a alguien que nos parezca muy atractivo(a) y después de charlar y notar que el coqueteo y la química sexual se dan naturalmente, terminar en su cama o en la nuestra. La simple idea es altamente seductora porque implica emociones intensas, deseo, erotismo y un poco de adrenalina, pero, ¿podríamos hacer una pequeña lista de los pros y los contras que tiene relacionarnos de esta manera?

 

Ojo: esta lista se nutrió de entrevistas anónimas a personas solteras entre los 20 y 30 años, y no pretende juzgar ningún tipo de comportamiento o abogar por cualquiera de las partes; el objetivo es dar un panorama rápido de lo más usual que podrías encontrarte al optar por una u otra posibilidad.

 

PROS

- Sentimiento de libertad. El sentimiento de ejercer tu sexualidad libremente es por completo placentero y empoderador. Te sientes en dominio de ti mismo(a), de tu cuerpo, de tus decisiones y de tus deseos. Saberte dueño(a) de ti fomenta tu seguridad y eleva tu autoestima.

 

- Adquisición de experiencia. Sin duda, teniendo muchas parejas sexuales adquieres experiencia en el conocimiento del cuerpo ajeno y las múltiples formas de abordarlo, pero también conocimiento de tu propio cuerpo, tus gustos, necesidades, deseos, fantasías, etc. Ninguna teoría te acercará a esa sabiduría como la puesta en práctica.

 

- No le debes compromiso ni explicaciones a nadie. Aunado al primer punto, tu libertad es total y no estás sujeto(a) a ninguna rendición de cuentas. Si no estás buscando compromiso, no hay nada más liberador como sentir que nadie te puede exigir responsabilidades que no has adquirido.

 

- Aumenta tu sex appeal. Estás de mejor humor, actúas con mucha más determinación y confianza, y tu cuerpo libera feromonas en todo momento. Las personas a tu alrededor pueden percibirte mucho más atractivo(a) e interesante. Además, tu cuerpo se mantiene con una vitalidad que puede reflejarse en tu piel, tu cabello y tu resistencia física.

 

- Pierdes temor y adquieres confianza en ti mismo(a). La determinación con la que te mueves por el mundo es mayor, ya que tu autoestima es alta y tienes plena confianza en ti mismo(a), pues te sientes seguro(a) de tus acciones y decisiones. Tener múltiples parejas sexuales te inspira a que confíes en que por algo deciden estar contigo. Algo estarás haciendo bien.

 

- Adiós a tapujos y tabúes. Conociendo a mucha gente y por ende, conociendo sus gustos, descubrirás que aquello que pensabas que sólo a ti te interesaba también le interesa a alguien más y que no es nada extraño o motivo para avergonzarte. Bien dicen que en el sexo, todos somos raros, y constatarlo es la mejor manera para eliminar cualquier tapujo que te detenga (obvio, dentro del consenso y lo permitido).

 

- Cuando todo sale bien, es de lo más disfrutable. En pocas palabras, el sexo casual es de lo más disfrutable cuando todo sale bien. Pocas (o casi ninguna) experiencias se le comparan. La emoción, pasión, deseo, adrenalina y aventura se manifiestan con intensidad y esa mezcla de elementos te llevará a nuevas cúspides de placer que quizá no creías posibles.

 

CONTRAS

- Riesgo de infecciones o enfermedades. Por obvias razones, mientras más parejas sexuales tienes, mayor es la probabilidad de contraer enfermedades de transmisión sexual cuando no tomas suficientes precauciones, o incluso (pero en muy pocos casos) tomando todas las precauciones posibles. Un condón roto con alguien desconocido podría significar un gran problema.

 

- Exposición a completos desconocidos. Ir a la casa de alguien que acabas de conocer, o invitarlo a la tuya, podría ser riesgoso, ya que no sabes cuáles son las verdaderas intenciones de esa persona. Ese riesgo puede aumentar si te quedas dormido(a) o lo invitas a quedarse.

 

- Podrías acostumbrarte a cierta “superficialidad”. Debido a que estas relaciones suelen ser veloces y “exprés”, podría surgir la posibilidad de que por mera practicidad te acostumbres a enfocarte únicamente en las primeras impresiones de una persona, tanto su físico como sus gustos y actitudes más inmediatos, y cuando alguien quiera pasar más allá de ese límite, te sientas presionado(a) o incomodado(a) y te alejes.

 

- Podrían costarte trabajo las relaciones monógamas. Después de llevar mucho tiempo experimentando con varias parejas y esa infinidad de particularidades, quizá al principio una relación monógama y estable te resultaría bastante aburrida y carente de variación. No es una ley, pero es obvio que después de los antecedentes, puedes sentir muy limitante tener sexo con una sola persona, incluso aunque esa pareja te guste bastante.

 

- Te puedes enamorar y no ser correspondido(a). Un clásico de clásicos. A veces podría pasar que conoces a alguien que te gusta muchísimo y tienen sexo espectacular y de pronto ya estás enamorado(a) sin poder pensar en nada más. Lo malo es que la otra persona no tiene la obligación de corresponderte (pues, en teoría, lo que ambos buscaban era casual) y es probable que te duela mucho enfrentarte con esa triste noticia.

 

- Bloqueos energéticos. Dependiendo de tus creencias, hay teorías budistas que afirman que siempre existe un intercambio energético con nuestras parejas sexuales, y que cuando esa energía llega a ser negativa, puede quedarse en ti, bloquearte y afectar otras áreas de tu mente y espíritu, como hacerte sentir cansado(a), con apatía, con ansiedad, menos productivo(a), e incluso sufrir un cuadro de depresión en niveles más graves.

 

- Percepción de falta de seriedad. Esto no es ley y tampoco debería importarte, pero es cierto que a veces podría crearse una imagen falsa de ti en la gente que te rodea, ya que estarían predispuestos a pensar que no te interesará nunca establecerte o adherirte a un compromiso en el tema amoroso. El resultado: que alguien a quien le gustas para algo serio prefiera alejarse o, por el contrario, que cuando busques seriedad con alguien que de veras te atrae, esa persona sienta un poco de reticencia al inicio.

 

Aun con todo lo anterior, hay que recordar que lo más importante siempre es vivir nuestra sexualidad libremente y como decidamos, con respeto hacia los otros y exigiendo a cambio el mismo respeto. No perder de vista el consentimiento y los acuerdos a los que lleguemos con nuestras parejas sexuales (sean de una sola noche o dentro de relaciones) es la clave para ejercer sanamente nuestra libertad sexual y disfrutarla con intensidad.


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