Vivimos en un mundo hipersexualizado en el que prácticamente todas nuestras acciones pueden relacionarse con una motivación sexual, desde la ropa que elegimos usar por la mañana hasta la marca de champú que ponemos en nuestro carrito del súper. El sexo está por todas partes, velada o explícitamente, y se cree que una vida sexual plena y satisfactoria es aquella repleta no de erotismo sino de coito.

"Libido" es como se ha llamado comunmente a la energía sexual, aunque en realidad su significado es un poco más complejo que sólo las ganas de tener sexo. Podríamos decir que una persona con una libido alta experimentará deseos sexuales incluso varias veces al día, y alguien con una libido baja podría no sentir ganas de tener relaciones incluso durante meses. ¿Qué es lo normal?

La realidad es que no existe algo como una "libido normal", pues ésta varía enormemente de una persona a otra y de un momento de la vida, el mes o hasta del día a otro. Un individuo que siente deseos sexuales sólo una vez a la semana o al mes es tan normal como uno que desea tener relaciones diario o varias veces en un sólo día. No hay una norma para ello. Además, aunque ha sido popularmente asociada sólo al sexo, la libido se manifiesta de muchísimas otras maneras, pues a fin de cuentas no es más que energía vital. 

Si no tienes ganas de tener tanto sexo como el resto de tus amigos o conocidos pero sí de hacer deporte, de crear, de aprender o de tocar algún instrumento, tu libido está en perfectas condiciones. Es más, si no deseas tener relaciones sexuales nunca tampoco tienes de qué preocuparte, recuerda que la asexualidad también es una orientación sexual.

Sin embargo, existen otros síntomas que podrían indicar la necesidad de ayuda profesional:

• Abulia, ganas de no levantarse de la cama
• Pérdida de apetito
• Insomnio
• Fantasías en las que te lastimas o lastimas a otros
• Miedo al contacto sexual

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