La vida cotidiana puede ser agotadora. Si tienes un trabajo que demanda casi todo tu tiempo e hijos que atender, puede resultar muy difícil reservar tiempo para ti mismo. Aunque es cada vez más común que un rato de meditación o yoga por la mañana tenga cabida en tu apretada agenda, parece que es más complicado hacer tiempo para conectar con tu pareja.

Seguro que entre los dos hacen un trabajo excelente en casa y con los pequeños, pero muchas veces se hace costumbre descuidarse un poco como pareja.

¿Qué tal si trataras tu relación romántica como tratas el yoga o tu práctica de meditación? Dedicar unos minutos cada día para nutrir esa entidad viva que has creado junto a tu pareja, en lugar de esperar a la cena que hacen cada mes, las vacaciones o simplemente el fin de semana. Si sólo 5 minutos de asanas y respiraciones conscientes te pueden hacer sentir mejor, ¿podrían los mismos 5 minutos mejorar tu relación?

John Grey y Susan Campbell, autores del libro Reparación de relaciones en 5 minutos, señalan que este “mantenimiento” recurrente es una excelente idea en las relaciones de pareja. “Las cosas más poderosas que podemos hacer para tener una relación llena de amor y alegría compartida son pequeñas… las parejas felices lo hacen de manera instintiva”, señala Grey.

Algunas prácticas para conectar con tu media naranja de forma sencilla:

• Alinear sus sistemas nerviosos. Bastan un par de minutos de contacto piel con piel para que se produzca una “regulación interactiva” entre dos personas. Se trata de un estado donde sus respectivos sistemas nerviosos se alinean y se relajan, sus cerebros se regulan y se recargan de energía. Un largo abrazo con tu compañero puede tener el mismo efecto que hacer yoga o meditar.

• Verse a los ojos. Pueden sentarse en una posición cómoda y tomar un momento para centrarse. Después, concentrarse en sus miradas por unos minutos puede hacer que se sientan más cerca, más vulnerables y reales.

• Limpiar el ambiente. Encender una vela y crear un espacio donde puedan hablar sobre lo que traigan en la cabeza: si no fue el mejor día en la oficina o si tuvieron alguna discusión con un familiar; lo importante es desahogarse.

• Compartir emociones positivas y experiencias. Sean conscientes de disfrutar juntos alguna actividad que a ambos les haga feliz. Puede ser ir a ver jugar futbol a su hijo o incluso algo tan sencillo como hacer la compra de la semana. El punto es que estén presentes y compartan la alegría del momento.

• Reparar las grietas. Si es necesario, pueden ocupar ese espacio del día para hablar abiertamente sobre sus conflictos. No es lo más fácil del mundo, pero mejor arreglar las cosas a tiempo y no guardar resentimientos. Similar a lo que sucede cuando practicas yoga, alguna postura te puede ocasionar incomodidad, pero si la mantienes y resistes la parte desagradable o incluso dolorosa, con el tiempo dejarás de percibirla.

Tratar una relación como una disciplina requiere un compromiso consciente y un esfuerzo. Hacer de estas prácticas un hábito puede ayudar a romper los patrones usuales de pensamiento y comunicación.

Con información de Sonima