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Cuando el impulso sexual de los hombres se vuelve un problema

Abril 23, 2018

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Aunque  resulte difícil de creer, es cierto que hay veces en que los hombres tienen problemas para controlar sus impulsos sexuales físicamente. Es un padecimiento que se conoce como hipersexualidad. Los niveles de testosterona pueden estar muy elevados y la libido puede aumentar drásticamente, incluso sin el deseo consciente de que ello ocurra. Se trata no de temperamento, sino de una cuestión física y hormonal. Y esto, por obvias razones, suele traer problemas tanto con la pareja como con ellos mismos, pues la incomodidad y la frustración sexual son las primeras en manifestarse.

 

Sin embargo, no es noticia nueva que existen métodos para “bajar” a propósito ese deseo sexual molesto e incontenible. Ciertas dietas que, por ejemplo, se recomiendan a los varones que tienen una pareja embarazada y con la cual no pueden tener sexo durante un rato; o tratamientos destinados a soldados que pasan meses sin la posibilidad de contacto sexual por permanecer en zonas despobladas y hostiles; o “intervenciones” farmacológicas llamadas antiandrógenas, aplicadas a abusadores en prisión con el objetivo de controlar sus pulsiones sexuales; e incluso se ha sabido de historias de hombres casados que se someten a tratamientos médicos con anafrodisíacos, por tener problemas de constante infidelidad.

 

Sea como sea, controlar los deseos sexuales irrefrenables es un problema real, pero por fortuna existen maneras no químicas de hacerlo. Las más usuales son:

 

1) Dieta alta en soya. La soya contiene grandes cantidades de isoflavonas, un grupo de sustancias parecidas a los estrógenos, que pueden disminuir el nivel de testosterona de manera natural y sin riesgos. Cuando la soya sustituye a las carnes rojas es posible también bajar la libido, ya que ésta se relaciona directamente con las proteínas de la carne.

 

2) Ejercicio intenso. Existen estudios que demuestran que en los hombres que se someten a largas e intensas sesiones de ejercicio físico disminuye el apetito sexual. Mientras que el ejercicio moderado lo aumenta debido a la liberación de endorfinas, el ejercicio intenso puede bajarlo, ya que el cuerpo se fatiga más profundamente y al final del día sólo buscará el descanso para recuperarse.

 

3) Pimienta de monje. Es un tipo de planta medicinal que se usa, entre otras cosas, para reducir los síntomas de las mujeres en su período menstrual, y asimismo, para disminuir la producción de prolactina. En los hombres, esto se traduce como un decrecimiento del deseo sexual. Los efectos secundarios de esta planta podrían ser cuadros de diarrea en casos de intoxicación.

 

Llevar a cabo estos métodos reducirá la tensión sexual y promoverá una manifestación tranquila de las pulsiones sexuales en los hombres que han tenido problemas con ello. Si te identificas, considera probarlos, pues tanto tú como tu pareja necesitarán eliminar las frustraciones causadas por apetitos sexuales disímiles, por el bien de la relación.


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