Quizá no lo crean pero las personas transgénero también necesitan usar el baño de vez en cuando, sí, exactamente igual que el resto; y cuando están en la calle no les queda más que recurrir al baño público, sí, exactamente igual que el resto, porque las personas transgénero son, pues, sí, exactamente igual que el resto.

Sin embargo, hay muchas personas a las que les "preocupa" que alguien que no nació biológicamente mujer utilice el baño de las mujeres, o que alguien que no nació con genitales masculinos entre como si nada al baño de hombres. Uno podría pensar que quienes se ven perturbados por esta cuestión son justamente las personas transgénero, pues cuando tienen que usar el baño se confunden acerca de cuál puerta deberían cruzar... 

Pues no, las personas transgénero no tienen ninguna confusión al respecto, al contrario, están tan seguros de su identidad de género que incluso han tomado la decisión de modificar sus cuerpos para que coincidan con dicha identidad. Los confundidos y perturbados resultaron ser el resto de los usuarios de los sanitarios públicos que de alguna manera se sienten amenazados por la presencia de gente "que no debería estar ahí", porque a pesar de que hace décadas que esta dejó de ser una sociedad binaria, nuestras categorías sexuales aún lo son y esto necesita cambiar.

¿Por qué una mujer transgénero, segura de su identidad femenina, tendría que utilizar el baño de hombres? ¿A estas alturas lo que tenemos o no entre las piernas debe seguir rigiendo nuestras normas de conducta? Si de verdad queremos saber a qué baño debería entrar una persona transgénero la respuesta es muy sencilla: al baño en que más cómoda se sienta.