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Construye y repara tus redes de vida

Diciembre 07, 2018

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¿Qué vas a aprender con esta nota?

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  • La importancia de crear redes de apoyo a lo largo de la vida

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  • Cómo fortalecer esas redes para que perduren en la vejez

- ¿¡Otra vez de fiesta, abuelita!? - gritó Mateo.

- Es la reunión de Fin de Año… estamos pasando lista de sobrevivencia, ¡Still alive! – respondió la abuela.

- ¿Y para eso tanto mezcal? - replicó Mateo.

- Pues para todo mal…

 

Un fantasma recorre el viejo continente europeo: la soledad. Algunos estudiosos la catalogan como la próxima pandemia, cuyos efectos negativos sobre los mayores ya son un severo problema de salubridad pública.

 

Se considera que esta etapa de la vida es la "época de las pérdidas", que se acentúan a medida que avanza la edad. Con el aumento de la esperanza de vida, es cada vez más frecuente una de las consecuencias no esperadas del envejecimiento de la población: la posibilidad de vivir más tiempo sin pareja, amigos, familiares, vecinos, compañeros de trabajo, etcétera. 

 

Así es que uno de los mejores regalos que puedes dar y darte en esta Navidad es el de llamar por teléfono a aquellos primos a los que viste por última vez en un sepelio, hacer las paces con aquel amigo que ya no te habla, saludar nuevamente al vecino gruñón, o invitarle un café al portero. Trata de zurcir tus deshilachadas redes y anudar sus hilos, pues ellas serán las que evitarán que caigas en el vacío de la soledad.

 

Las redes son esos apoyos que han estado presentes a lo largo de tu vida, y las cuales son cada vez más investigadas debido a su importancia y prevalencia. El término "red" no es nuevo, pero es hasta los años 70 cuando se realizan más investigaciones, entre las que destacan las anglosajonas:

 

Lopata (1975) define la red informal como un sistema de apoyo primario, integrado al dar y recibir objetos, servicios, apoyo social y emocional, considerado importante por el receptor y proveedor.

 

Cobb (1976) especifica que la red social es una instancia mediadora por la cual se proporciona apoyo emocional, informacional y sentimental: el apoyo emocional intenta crear en el individuo la sensación de cuidado y amor, el informacional hacia que las personas se sientan estimadas y valoradas, y el sentimental procura generar en el individuo un sentido de pertenencia a una red de comunicación y obligación mutua. 

 

Rowe y Kahn (1998) mencionan que la red de apoyo emocional implica acciones recíprocas en las que es tan importante el dar como el recibir.

 

En particular, respecto a las redes de apoyo de las personas de edad, la literatura distingue las  siguientes:

  1. Redes familiares, en las que se incluyen a la familia, cónyuge, hijos y hermanos. 
  2. Redes no familiares, que comprenden a los parientes, amigos, vecinos, compañeros o excompañeros de trabajo, de escuela y conocidos, entre otros. 
  3. Redes formales, organizadas por instancias gubernamentales como IMSS, ISSSTE, el famoso INAPAM, entre otros, como parte de sus programas  de seguridad social, y otras promovidas por instancias no gubernamentales, como asociaciones civiles. Otras Instituciones como los clubes o las iglesias también tienden a fortalecer la interacción social de ciertas comunidades, con un fin específico.

 

La red de apoyo familiar está considerada por las personas de edad como la más importante, porque, en caso de necesitar cuidados o asistencia, recurren en primer lugar a su esposo, esposa, luego a los hijos adultos, después a los parientes y finalmente a los amigos, quienes también aportan apoyo emocional.

 

Pero, sorpresivamente, Antonucci y Jackson (1987) afirman que "el apoyo opcional provisto por los amigos es, probablemente, más apreciado que el cuidado recibido de manera obligada por la familia".

 

Es por eso que te sugiero que para extender y abrillantar tus redes hagas un recuento de tus dones y habilidades, para que puedas ofrecerlos a los demás. Por ejemplo, puedes apoyar en tareas escolares, contar cuentos (lo cual fomenta la lectura, la imaginación), enseñar a leer, escribir, orar, coser un dobladillo, pegar un botón, bailar vals, chachachá, bule bule, cocinar galletas, o cualquier otra cosa que sepas hacer. 

 

Tienes mucho que dar, ¡y hay tantos que gustosos lo recibirán! Pero sobre todo, recuerda siempre ir más allá del chat, o del mensajito, con un abrazo, un apretón de manos o una sonrisa.

 

"Nacemos solos, morimos solos y, en el ínter, la soledad es tan grande, que necesitamos compartir la vida para olvidarla", dijo Erich Fromm.

 

*La autora es Maestra en Sociología, con especialidad en sociología del envejecimiento.

 

Bibliografía

Escuela Nacional de Trabajo Social-UNAM (noviembre de 2003). Trabajo Social, revista trimestral. Ed. Buena Onda, México.

Montes de Oca Z., Verónica (2006). "Redes comunitarias, género y envejecimiento". Cuaderno de Investigaciones, no. 31. Hermes Impresores, México.


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