¿Recuerdas aquellos momentos en los que tenías una vida privada, cuando si alguien quería saber de ti tenía que llamarte o ir a verte a tu casa? Ahora, con la vida hiperconectada, todo esto se ha vuelto obsoleto, inclusive tener una relación íntima sin la necesidad de demostrarle a todo mundo “lo feliz que eres” o “lo bien que la pasas”.
Está comprobado que las redes sociales tienen un impacto en tu cerebro y generan cierta adicción. Lo cierto es que el ser humano naturalmente busca pertenecer y probarle a las demás personas que sí tiene, que sí puede o cualquier otra cosa. Lo peligroso es cuando basas toda tu vida en esto, en el qué dirán o en el qué hacer para que los demás te noten.
Esto puede ser mucho más notorio cuando te encuentras en una relación de pareja, y puede ser realmente contraproducente. Un estudio publicado en el Personality and Social Psychical Bulletin dice que las parejas que sienten esta ansiedad de ser vistos todo el tiempo en las redes sociales, son los que suelen tener más problemas.
Ansiedad. Por esa desesperación de pertenecer, lo cual te genera miedo de que las otras personas no te reconozcan como alguien que tiene la pareja perfecta. Las parejas que realmente son felices no tienen nada que demostrarle a los demás, simplemente viven su relación.
Aparentar una vida. Con la constante demostración de todo lo que haces o lo bien que te la pasas con tu pareja, puede que lo único que comuniques es que tienes una vida perfecta. Pero en algunas ocasiones, puede ser que lo hagas para tú mismo convencerte de que es así.
Por supuesto que esto no es una regla, y claro que puede haber relaciones que se compartan en redes sociales y también sean felices de verdad. Lo importante es reflexionar sobre por qué lo haces y darte cuenta de si este es tu caso.
Con información de Soy Carmín