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Establecer límites no significa poner barreras; conoce la diferencia

Octubre 08, 2020

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  • Diferencias entre límites y barreras

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  • Cómo establecer límites saludables en las relaciones

Mucho se habla de la necesidad de establecer límites sanos en las relaciones; pero a veces pasa que, en lugar de esos límites, lo que se construye son enormes barreras que aíslan de todo y de todos a quien las pone; ¿cómo saber la diferencia entre límites y barreras?

 

Es muy frecuente que en las relaciones una de las personas empiece a vivir en función de la otra, al dejar a un lado sus propias necesidades por complacer las del otro. Esto es reflejo de la falta de límites, que surge debido a la baja autoestima y el consecuente miedo al abandono, por lo que se busca agradar al otro a costa de lo que sea.

 

En el otro extremo, muchas veces también pasa que, en lugar de establecer límites sanos, lo que las personas ponen son barreras, y aunque lo hacen en un intento por protegerse y evitar el sufrimiento en las relaciones, lo que sucede en realidad es que entorpecen o cortan la conexión con los demás

 

Límites vs barreras

Los límites son pautas que se crean para que tanto tú como los demás puedan conocer tus necesidades, expectativas y capacidades en torno a las relaciones que mantienes en los distintos ámbitos, así como hasta dónde estás dispuesto a llegar y tolerar en ellas

 

Son esenciales para el bienestar físico, mental y emocional, y te ayudan a mantener presente el respeto por ti mismo y el amor propio. Establecerlos es importante para que te sientas seguro al relacionarte, sin que ello ponga en riesgo la conexión con los demás. 

 

Por otro lado, las barreras son intentos de crear obstáculos a la intimidad y también hacen surgir una falta de seguridad para ti y la persona con la que te relacionas. Esto ocurre porque a veces, en un intento por cuidarte a ti mismo en tus relaciones, terminas por ser sobreprotector contigo mismo, con tu espacio personal y con tus emociones. Eso te conduce a aislarte, a esconderte en un caparazón al cual es muy difícil tener acceso. 

 

El péndulo puede oscilar fácilmente hacia las barreras antes de que logres encontrar el equilibrio adecuado con tus límites, así que debes tener cuidado en no irte a los extremos y buscar el balance entre el respeto a tu esfera personal y tu conexión con los demás.

 

Hay que sanar para tener límites en equilibrio

La verdad es que la forma correcta de establecer límites sanos no es algo que se suela enseñar a las personas, sino que la mayoría lo aprenden hasta que ellas mismas se interesan por saberlo, ya en la adultez.

 

La mayoría ha crecido sin saber lo que es un límite saludable y mucho menos la forma de establecerlo y respetarlo. La idea que cada uno pueda tener al respecto se ha formado a lo largo del desarrollo, a través de la relación con el núcleo familiar en primera instancia y con el comportamiento de los padres, hermanos y demás personas con las que se suele convivir en la niñez.

 

El niño aprende lo que está bien y lo que no al ver interactuar a su familia entre sí y en la sociedad. Si un niño ve a sus padres sacrificarse crónicamente o negarse a comprometerse, eso afectará su capacidad para establecer límites claros y flexibles en su vida adulta. Asimismo, cuando los límites de los pequeños, aunque no sepan qué son, no son respetados por los adultos, crecerán con la creencia de que no son dignos de ser cuidados.

 

Por ejemplo, si a un niño se le dice constantemente que es egoísta, conforme crezca se le dificultará hacer lo que realmente quiere, con tal de complacer a los demás y hacer lo que le digan para no ser tachado de egoísta. En esos casos, si ese estigma no se sana, cada vez que esa persona se ponga a sí misma en primer lugar, cargará con la culpa y la vergüenza del egoísmo que cree tener.

 

Cuando una persona comienza a sanar y a comprender mejor la importancia de los límites, si no logra establecer un equilibrio, puede irse al extremo contrario y crear barreras que se vuelven un caparazón que la aísla emocionalmente del resto del mundo.

 

Cómo establecer límites sin crear barreras

Los límites fluidos y claros cambian las reglas del juego. Reducen el estrés en las relaciones y aumentan la capacidad de autocuidado, sintonización y bienestar. Aprender a establecer límites saludables requiere tiempo, paciencia, consistencia y gentileza; esto último a menudo es un ingrediente que falta en los esfuerzos de las personas para establecer límites, al menos inicialmente.

 

Para evitar pasar de los límites a las barreras es importante que aprendas a colocar tus necesidades como tu prioridad y que logres expresarlas claramente, en vez de silenciarlas, ocultarlas o dejarlas de lado. Además, debes mantenerte conectado con tu estado emocional; aceptar, reconocer y manifestar tus emociones al permitirte ser vulnerable contigo y ante los demás

 

De esta manera atenderás tus necesidades, sin desconectarte de los otros; por el contrario, la conexión se fortalecerá al permitirte externar tus emociones y al hacer saber tus necesidades en cada una de tus relaciones.

 

Una relación con límites saludables apoya la independencia y la interdependencia. Los límites te ayudan a reconocer qué es tu responsabilidad y qué es responsabilidad de los demás, tanto en la relación como en las diferentes situaciones que se presenten. 

 

Comunicarse de manera amable y gentil puede ser la diferencia entre establecer límites y crear barreras. Compartir tus sentimientos y deseos puede resultar difícil al principio y pueden surgir sentimientos de culpa y vergüenza. Pero al crear límites saludables no sólo cuidas de ti sino también de tus relaciones, lo cual te beneficia y al mismo tiempo beneficia a las personas con las que te involucras.

 

Imagen de portada: Freepik


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