En el 2011, Malala Yousafzai se convirtió en la niña más valiente y famosa del mundo cuando, con tan sólo 11 años, arriesgó su vida al emprender la lucha por el derecho de las niñas a la educación. Malala nació en Pakistán en 1997, bajo un régimen de profunda desigualdad entre hombres y mujeres. Su destino era casarse siendo adolescente y no asistir jamás a la escuela, como miles de niñas en su país y en todo Medio Oriente. Pero Malala quería estudiar, y estaba dispuesta a todo para lograrlo.

El régimen talibán notó de inmediato lo poderoso de su protesta y comenzó a amenazarla, pero ella no se dejó amedrentar ni por ellos ni por sus propios miedos. Malala nunca dejó de estudiar ni de hablar públicamente de su causa y su voz hizo que cientos de mujeres se dieran cuenta de que no tenían por qué resignarse a un destino que ellas no habían elegido. Su mensaje es tan poderoso porque se pronuncia en favor de la educación universal pero, sobre todo, en favor de la equidad entre hombres y mujeres. Hoy, recien ingresada a la Universidad de Cambridge y siendo el Premio Nobel de la Paz más joven de la historia, Malala se ha convertido en un ejemplo de fuerza, tenacidad y resistencia para todas las mujeres del mundo.

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¿Cómo inició la lucha de Malala por el derecho a la educación?

Desde un blog anónimo, Malala comenzó a narrar al mundo su vida como una niña que deseaba ir a la escuela dentro del régimen talibán, lo que le valió que, a los 14 años, un extremista le disparara en la cabeza haciéndola pasar varias semanas en terapia intensiva. Su familia tuvo que mudarse a Inglaterra por temor a más represalias. Pero este acontecimiento, en lugar de silenciarla, hizo que su lucha se diera a conocer en todo el mundo. Después de recuperarse, Malala no desistió y continuó con su labor desde el exilio, lo que le valió el Premio Nobel de la Paz en el 2014, con tan sólo 17 años.

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