Desde tiempos muy antiguos la hora de la comida ha sido un ritual que preludia uno de los más grandes placeres que conocemos. Sin embargo, la vida moderna nos ha obligado a comer cualquier cosa lo más rápido posible para poder seguir con nuestras ocupaciones. Además, muchas veces nos saltamos las comidas o comemos frente al monitor para seguir trabajando, es decir, hemos dejado de prestar atención a nuestros alimentos que son, nada más y nada menos, la base de nuestra salud.

Si eres de los que come de prisa directo de un empaque o tu hora de la comida se ha vuelto un mero trámite que realizas de prisa, pon en práctica estos sencillos tips de mindfulness por lo menos una vez a la semana y vuelve a gozar tus alimentos ya sea que comas solo o acompañado:

1. Cocina tus propios alimentos al menos una vez a la semana y aprovecha para relajarte mientras preparas tu platillo favorito.

2. Saborea los alimentos mientras cocinas. Ejercita la anticipación y el antojo.

3. Pon música que te relaje. Cocinar y comer mientras escuchas música potenciará la experiencia.

4. No comas con prisas, recupera el caracter ritual de la hora de la comida, pon la mesa de una forma que disfrutes, puedes añadir velas o flores.

5. Realiza una pequeña meditación de agradecimiento por tus alimentos. Piensa de dónde vienen y todas las personas que trabajaron para que pudieras tenerlos.

6. Come postre junto con algún digestivo como café o té. Relájate.

7. No veas televisión o trabajes mientras comes. Dédicale a tu comida el tiempo que merece, dile no al multitasking.

Recuerda: El mindfulness consiste en prestar atención al aquí y al ahora. Los alimentos no sólo nutren tu cuerpo, también nutren tu espíritu, darle a tu alimentación el tiempo que se merece te traerá grandes beneficios, no sólo de salud, sino también mayor relajación y disminución del estrés. ¡Inténtalo! 

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