Septiembre 23, 2016
Existen muchos tipos de terapia y sin duda cada persona se puede sentir más cómoda en una o en otra. Esto depende de múltiples factores personales y contextuales, pues cada persona es distinta.
Para ayudarte a encontrar el mejor tipo de terapia para ti, preparamos una serie de textos sobre las escuelas de psicología más populares y sus características al momento de realizar terapia. La primera parte fue sobre la terapia de la Gestalt, la cual se enfoca en la multiplicidad de formas de ser y perspectivas que existen en los seres humanos.
Esta vez describiremos la terapia cognitivo-conductual. Este tipo de terapia se enfoca en la vinculación del pensamiento con la conducta. Suele combinar técnicas de reestructuración cognitiva, de entrenamiento de relajación, de afrontamiento y de exposición.
La meta de la terapia cognitiva-conductual es comprender cómo pensamos sobre nosotros mismos, las otras personas y el mundo que nos rodea, además de entender cómo la manera en que lo hacemos afecta nuestros pensamientos y sentimientos (lo cognitivo), y también nuestro conducta (lo conductual).
La terapia cognitivo-conductual se centra en el presente. En lugar de buscar las causas del malestar en el pasado, busca mejorar el estado emocional y conductual en el ahora. Las sesiones de este tipo de terapia pueden hacerse de manera individual o en grupo. Normalmente el tema de la sesión es acordado por el terapeuta y el paciente, de acuerdo con la inquietud del segundo. Se tratará de identificar los patrones de pensamientos, emociones, comportamientos y sensaciones corporales que el paciente presenta para determinar si son realistas o si le hacen daño.
Este tipo de terapia se recomienda para tratar ansiedad, depresión, pánico, fobias, trastornos alimenticios, trastornos obsesivos-compulsivos, estrés postraumático y esquizofrenia.
Fuentes: