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3 consejos prácticos para ahorrar sin sacrificar tu felicidad

Enero 20, 2017

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Cuando pensamos en el concepto “control de gastos” sentimos escalofríos. Hacer un presupuesto, y principalmente el propio, siempre nos lleva a pensar que no podemos gastar en nada y que tenemos que limitarnos a lo más necesario. En concreto, organizar cuándo y cómo gastar dinero no es un pensamiento feliz, pero hacer un buen presupuesto puede significar realmente gastar más en las cosas que nos hacen más felices. Saber cómo y dónde gastar nos conducirá a gastar inteligentemente. La implementación de algunos trucos y consejos financieros no sólo beneficia a nuestra cartera; también puede aumentar nuestra felicidad sobre una base diaria y real.

¿Cómo puede el presupuesto aumentar la felicidad? Según el doctor Matt J. Goren de la Universidad de Georgia, implementar un buen presupuesto nos permite concentrar nuestros recursos financieros en gastos que realmente mejoran nuestra calidad de vida, mientras que gastamos menos en cosas que no nos proporcionan tanto "más por tu dinero". El doctor Goren divide los gastos en cuatro categorías. Están los gastos fijos o gastos que se presentan todos los meses, como la renta y los variables, es decir, los inesperados pero necesarios, como atenderse un diente. Los gastos también pueden ser deseos, cosas divertidas como ir al cine, o cosas necesarias. La combinación de estos rasgos nos da las cuatro categorías del gasto: deseos fijos, necesidades fijas, deseos variables y necesidades variables. Sabemos que satisfacer las necesidades mínimas es esencial para la felicidad. No estamos peleados con ello, pero nuestros deseos son igual de importantes. Estas son algunas formas de ajustar tu presupuesto:

 

1. Reducir gastos en necesidades fijas

No necesitas una casa tan grande si tu familia no lo es. Ni un móvil tan costoso; opta por uno que cubra tus necesidades de trabajo. Podrías ser más flexible con ese tipo de gastos. Haz una lista de todos los gastos en necesidades fijas que tienes y evalúa en dónde puedes comenzar a gastar menos.

 

2. Reducir el gasto en deseos fijos

Desconecta la TV por cable; si nunca estás en casa, no lo necesitas. Puedes además cambiarte a algún servicio de TV en línea, que son más baratos. Ese dinero que ahorrarás puedes usarlo para ir más veces al cine.  

 

3. Sé estratégico sobre el gasto en necesidades variables

Para manejar las necesidades variables --los gastos inevitables que surgen de manera irregular-- es mejor mantener algunos ahorros de emergencia.

 

Si sigues las tres indicaciones anteriores, tendrás más dinero para las necesidades variables. Los deseos variables son los más eficientes para aumentar la calidad de vida y la felicidad. Los deseos variables, considerados como gastos anuales, suelen ser mucho, mucho más baratos que los deseos fijos. Por ejemplo, irte de vacaciones a una playa u otro país con el dinero que ahorrarás en todo lo anterior. También es recomendable que pongas atención a en qué clase de cosas te estás gastando el dinero. Lo mejor es invertirlo en experiencias como unas vacaciones familiares o en aprendizajes como clases de baile. Asimismo, si quieres ser más feliz, invertir tu dinero en otros como un acto de generosidad puede darte mucha más satisfacción que comprar algo para ti. Hay diversas organizaciones que aceptan donativos deducibles de impuestos pero, si lo prefieres, también puedes invertir en alguien que conozcas (quizá una amiga tuya está enferma y puedas comprar sus medicinas). En resumen, trata de concentrar tus gastos en cosas que te hagan feliz, como nuevas experiencias, seres queridos y regalos y evita gastar en cosas que no te hacen feliz, como costos de vivienda, pagos de automóviles y otros gastos fijos. A la larga, encontrarás que estás gastando menos y disfrutando más de la vida.

 

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Con información de Greater Good


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