Desde que se abre la puerta hasta que se pasa la primera noche, una mudanza significa novedad, expectativa y emoción. Pero para poder disfrutar de este cambio, primero hay que revisar cada detalle de la construcción para asegurarse de que las instalaciones funcionen de manera óptima. Estas son tres ideas que vale la pena considerar:

1. Presión del agua

Los nuevos fraccionamientos y torres de departamentos cuentan con sistemas hidroneumáticos cuya función es mantener una presión de agua constante en la red de distribución de este líquido para su uso en baños, cocinas, lavadoras, sistemas de riego y regaderas. La desventaja es que si el inmueble cuenta con un calentador de paso, hay ocasiones en las que la presión de agua puede ser tal que ésta pase más rápido de lo que permite al boiler calentarla. Cuando esto ocurre, una ducha puede convertirse en una batalla por intentar nivelar la temperatura del agua o un eterno padecer los cambios repentinos entre muy caliente y helada. Para dar solución a ello, la mejor estrategia es comprar un regulador de presión de agua, el cual evita las fluctuaciones de presión que se presentan cuando el agua se utiliza en diversos servicios distintos de un mismo inmueble o en diferentes pisos. Con ello, se puede controlar mejor la temperatura de los calentadores, ahorrar agua y proteger tanto las tuberías como los electrodomésticos que estén conectados a las tomas.

2. Impermeabilización de techos

El techo de una vivienda es una de las partes más importantes. Si hay problemas de filtraciones pueden producirse daños en la estructura tales como desprendimiento de plafones, grietas superficiales, manchas en la pintura, descascaramientos y formación de moho en los muros. Incluso puede gastarse más energía eléctrica debido a que una mala impermeabilización incrementa significativamente el calentamiento de la vivienda y, con ello, aumenta la necesidad de utilizar climatización. Las casas nuevas se entregan con manuales de impermeabilización y garantías, pero si se detecta cualquiera de los problemas antes mencionados o si ya pasaron aproximadamente 7 años después de la última impermeabilización, lo ideal es contactar a un profesional para reaplicar el producto. Los más utilizados son el sistema de membrana asfáltica impermeabilizante y los impermeabilizantes acrílicos. Estos últimos son bastante prácticos, pues se venden en cubetas de hasta 19 litros que pueden rendir entre 20 y 25 metros.

3. Ahorro de luz

Hoy en día la mayoría de los inmuebles nuevos se entregan con focos ahorradores, pero una casa o departamento de cierta antigüedad no siempre ofrece el mismo beneficio. Invertir en focos que permiten reducir el consumo de energía eléctrica es un gasto necesario para ahorrar en términos económicos, pero también es una cuestión de responsabilidad con el medio ambiente. En promedio, en un hogar, el 30% de la energía que se consume está destinada a la iluminación, un área en la que existe una manera muy sencilla de ahorrar, pues basta con comprar los focos adecuados. Es importante saber que un foco transforma la energía que recibe en calor e iluminación, por lo que si se tienen focos que se calientan mucho, se desperdicia parte de la energía recibida en calor y se produce poca iluminación. Por eso no conviene tener focos incandescentes (bombillas tradicionales), pues producen 70% de calor y solamente 30% de iluminación. Por su parte, los focos fluorescentes (ahorradores) utilizan 20% de energía para producir calor y 80% para generar iluminación. Es ahí donde se entiende por qué los focos LED, aunque son un poco más caros, son  la mejor opción, pues producen un efecto llamado electroluminiscencia, por medio del cual utilizan menos del 5% de la energía recibida en producir calor y 95% en aportar iluminación.

Después de tomar en cuenta estas tres consideraciones para habitar una casa nueva, el siguiente paso será simplemente decidir la decoración.