Si hace tiempo tienes ganas de empezar a meditar o ya lo probaste pero no te gustó, hoy quiero compartirte tres secretos que he encontrado en la filosofía de Osho para facilitar el acercamiento a esta práctica y acabar con algunos mitos asociados a ella.
Osho es un gran personaje: guió espiritualmente a millones de personas hasta el grado de tener -y destruir- su propia religión. En los años 80 mudó su comuna de la India a Oregón, E.U., estuvo en el centro de un escándalo político e incluso fue detenido y expulsado por la justicia estadounidense. (Si quieres saber más, te recomiendo ver la serie Wild wild country en Netflix.)
También revolucionó y adaptó la práctica meditativa a la vida real y moderna. Y de eso se tratan los tres secretos que te comparto a continuación.
1. Si te observas, meditas
En esencia, la meditación es el arte de ser consciente de lo que sucede dentro y alrededor de ti. Tu día es una secuencia de acciones, pero si logras aprender a observarte en esas actividades ya eres un meditador. Pruébalo: mírate al tomar una decisión, al manejar, al hablar.
2. Puedes meditar en movimiento
La meditación no está en contra de la acción. Uno de los mitos más comunes es creer que para meditar tienes que poner tu mente en blanco y tener tu cuerpo quieto. Las técnicas de Osho incluyen baile para demostrar que el movimiento también conduce a la conciencia.
3. No aprendes; ya sabes meditar
La meditación no es algo que se agrega a ti; es un florecimiento, un despertar. Hay una gran variedad de técnicas que te guían en el proceso; lo recomendable es probar varias, hasta encontrar aquella con la que mejor conectas.