Si estás leyendo esto, eres una persona afortunada. Quiere decir que tienes una computadora o smartphone, servicio eléctrico, internet y tiempo libre para distraerte. Si posees eso, que son comodidades, sin duda gozas también de lo básico: agua, comida y hogar.
Ya sé, tal vez piensas que en la época actual lo anormal sería no disfrutar de todo lo anterior. Pero miles de millones de personas en el mundo demuestran lo contrario; no tienen ni siquiera un baño para sus necesidades y el agua potable aparece sólo en sus mejores sueños.
Obviamente no podemos pasar el día en un contraste permanente de lo que sí tenemos y otros no, pero hay ocasiones especiales en las que vale la pena hacer una pausa para contemplar todas esas pequeñas y grandes razones que hacen nuestra vida más feliz y AGRADECER por ellas.
Si no sabes cuándo, hoy es un buen día. Tú puedes hacer que hoy exista en ti una energía vinculada con la gratitud, a la que puedes unirte con tu pensamiento y desde el corazón.
Hacerlo es simple, no se requiere mucha preparación. Sólo tómate un momento para enlistar todo aquello por lo que quieres agradecer a tu dios, a la vida o al universo; puede ser en términos abstractos (amor, salud, etc.) o muy específicos, como los nombres de las personas que agradeces tener en tu vida, tu trabajo o los sueños que has cumplido.
Yo te agradezco a ti, por leerme.
NAMASTE.