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Aprendamos a vibrar positivo con estos 2 ejercicios

Octubre 24, 2017

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Cuando vemos las noticias, resulta casi imposible evitar sentir tristeza, ansiedad e incertidumbre. Ante tantos desastres naturales provocados por una inconciencia ecológica, actos de violencia y amenazas de guerra, la historia humana se ha convertido en una constante de división, odio e injusticia. Por eso resulta indispensable trabajar con bondad, aceptación, compasión y entendimiento para salvar al mundo y la humanidad mientras haya tiempo.

 

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Vibrar en positivo

La vibración refiere a la calidad de nuestros pensamientos, actitudes, acciones, emociones y sentimientos. Se genera a partir de nuestras intenciones, creencias, motivos y decisiones. ¿Has escuchado a alguien decir de otra persona que es “buena vibra”? Esta frase coloquial tiene mucho de cierto, y esta es la razón: cuando tenemos una actitud o estado de ánimo provocamos, a su vez, actitudes y reacciones en nuestro entorno. Esa vibra que transmitimos, además de generar un equilibrio (o falta de él) en nuestro interior, tiene un efecto real y perceptible en el clima emocional que nos rodea. Puedes comprobarlo con este experimento:

 

Dedica la mitad de 1 día a ser amable con quienes interactúes. Ofréceles un cumplido por su desempeño o deséales un buen día al despedirte. Toma nota del tipo de respuestas que recibas a cambio. Luego, durante la segunda mitad del día, adopta la actitud contraria (sólo por una tarde y para fines del experimento, ¿eh?). Observa la reacción de las personas cuando las miras con seriedad o frunciendo el ceño; cuando te quejas de tu día, del clima, del trabajo, del tráfico… y cuando ofreces respuestas rudas sin acompañarlas de un “por favor” o “gracias”. ¿Notas la diferencia?

 

Los seres humanos no podemos ver a simple vista las vibraciones que produce el sonido de nuestra voz. Tampoco detectamos las que produce la materia a través de los gestos y actitudes de nuestro cuerpo. No obstante, éstas son tan perceptibles para nuestra mente y nuestro sistema de energía que pueden generar en nosotros, y en otros, sentimientos que debilitan el bienestar emocional o que incluso provocan actitudes y reacciones negativas. Esto, además de elevar los niveles de estrés, puede promover un estado de agresión y rechazo. La buena noticia es que podemos aprender a vibrar en positivo al añadir más amabilidad, compasión y empatía a nuestras interacciones.

 

¿Recuerdas lo que hiciste en la primera mitad del día a lo largo del experimento? Seguramente durante esas horas, en general, recibiste respuestas afables, además de sonrisas. Quizás incluso lograste que las personas con quienes hablaste te respondieran con tonos de voz más suaves. A la vez, probablemente notaste mayor autoestima, seguridad y control de ti mismo y de la situación en el proceso de la interacción. Esto es porque el amor, la compasión y la amabilidad se encuentran entre las vibraciones más altas, es decir, las que producen efectos más positivos. Además, no están sujetas a precondiciones o requerimientos de otros. Por ello, empoderan tu bienestar emocional al tiempo que te permiten actuar a favor del entorno y recibir respuestas positivas de manera natural, sin que se den por exigencia o compromiso. Lo que es más, las vibraciones altas tienen una capacidad curativa que nos ayuda a atraer salud y equilibrio interior. Al conseguir este bienestar, empezamos a ver el mundo de manera distinta y resulta más sencillo comprometernos con actitudes ecológicas, conscientes y de transformación social. 

 

Eleva tu vibración

Estos dos ejercicios sencillos te ayudarán a elevar tu vibración para generar cambios significativos:

 

1. Desea vibrar en positivo. Busca un lugar donde puedas estar en calma durante unos minutos. Respira lentamente y deja que tu mente se despeje de emociones y pensamientos. Una vez logrado esto, concéntrate en llenarte del sentimiento positivo que deseas tener. Imagínate creando ese sentimiento y luego piénsalo llenando todo tu cuerpo en cada respiración.

 

2. Sustituye los sentimientos negativos con positivos. Si estás molesto o triste por algo y no dejas de darle vueltas en tu mente, concéntrate en el sentimiento que esa situación te causa (por ejemplo, coraje) e imagínate expulsándolo de tu cuerpo. Repite: “Aunque siento _________, no necesito sentirlo”. Luego, llena ese “espacio vacío” con el sentimiento positivo con el que desees sustituirlo imaginando que este se instala en cada parte de ti. Concéntrate en ello durante unos minutos hasta que percibas que tu estado de ánimo mejora. Esto puedes hacerlo mientras conduces, haces ejercicio o meditas.

 

Elevar nuestras vibraciones puede fortalecer nuestra autoestima, ayudarnos a lograr armonía interior y abrir nuestro corazón a las interacciones para promover la paz en nuestro entorno. En serio: los sentimientos positivos sí hacen una diferencia.  


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