Si tienes a un perro como parte de tu familia, seguro su sola presencia y su compañía mejoran tus días, y con su amor sin límites llena tu vida de más alegría y felicidad. Pero, ¿alguna vez te has preguntado qué tan feliz es tu perro o si le correspondes de la misma manera esa alegría que él te da?
Aunque ahora a muchas personas les ha dado por hacer cosas como celebrar el cumpleaños de sus perros con pasteles, globos y gorritos, o comprarles lujosas casitas, camas, ropa y carriolas, la realidad es que a los canes este tipo de cosas les interesan poco.
Para ellos, la felicidad es mucho más simple, pues les basta con tener el amor de su familia humana, largos ratos de juegos y apapachos, una alimentación adecuada, protección, seguridad y una salud bien cuidada.
Las siguientes recomendaciones te ayudarán a procurarle a tu can tanto salud integral como mucha felicidad, ¡toma nota!
1. Inicia por un régimen alimenticio adecuado para su edad y tamaño. La clave del éxito para un óptimo desarrollo fisiológico y cognitivo es la alimentación, la cual tiene que estar basada en su talla (pequeña, mediana o grande).
Tu compañero será cachorro hasta que cumpla los 12 meses de edad en perros de talla pequeña y mediana, en caso de talla grande hasta los 18 meses y en razas gigantes hasta los 24 meses, a partir de entonces deberá consumir croquetas para adulto.
Para todas las etapas busca una nutrición enriquecida con proteínas de alto valor biológico, antioxidantes naturales, vitaminas, minerales y cereales.
2. Comunicación verbal y no verbal. Es un hecho que le hablas a tu perro para contarle qué tal estuvo tu día, darle una indicación o llamarle la atención cuando tiene un comportamiento inadecuado, pero no te olvides de las acciones no verbales.
Dale un masaje para que se relaje, acarícialo cuando esté enfermo, dale un apapacho de saludo o despedida, permite que se recueste en tu regazo para que sienta tu calor y acaricia su pelaje o rasca su pancita; esos pequeños gestos hacen la diferencia.
3. Ayúdalo a superar sus miedos. Los perros tienen sentidos más agudos que los del ser humano, por eso hay cosas que los asustan mucho, como la pirotecnia o los rayos en las tormentas eléctricas. Además, cada perrito posee sus propios miedos de acuerdo con su personalidad, y tú, como su mejor amigo, deberás comprenderlos, informarte y ayudarlo a tranquilizarse cuando se enfrente a ellos.
4. Las visitas al veterinario deberán estar en la lista de prioridades. La salud de tu perro es una prioridad. Necesita visitar periódicamente a un profesional de la salud para que lo revise (una o dos veces al año), prevenir futuras enfermedades y detectar signos de alerta.
Para que tu mascota no sufra en estas citas, debes acostumbrarlo desde pequeño a estos chequeos y preferentemente desde un inicio elegir a su veterinario de cabecera, para entablar un vínculo de confianza.
Cuando algo ande mal u ocurra una emergencia, olvídate de ir en busca de consejos en redes sociales, pues el tiempo puede ser apremiante; acude lo antes posible con el veterinario que suele atender a tu perro y, de ser necesario, llama antes de ir para que te asesore con los primeros auxilios que tú mismo puedes brindarle.
Algo muy importante: nunca mediques tú mismo a tu perro y mucho menos le des medicamentos de uso humano, pues pueden resultar mortales para ellos.
5. Haz que se sienta cómodo en tu ausencia. Cuando sea necesario que tu perro se quede solo en casa puedes dejar una lámpara encendida, especialmente cuando no hay luz natural, para permitirle ver mejor y hacerlo sentir más seguro.
Además, para evitar un silencio total en la casa que pueda hacerlo sentir incómodo, puedes dejar la radio encendida, en un volumen moderado.
Por último, asegúrate de alejar o resguardar objetos peligrosos o sustancias tóxicas, para evitar que su curiosidad lo lleve a ponerse en riesgo. A la hora de volver a casa, dedícale tiempo para jugar o para su sesión de cepillado diario.
En general, una de las mejores formas de lograr que tu mascota se sienta cómoda y feliz en casa es propiciando una buena convivencia y comunicación entre todos los miembros de la familia.
Desde la llegada de tu compañero establezcan horarios de alimentación, ejercicio y rutinas de higiene regular, deleguen responsabilidades y defínanle un lugar propio de descanso.
Sin duda, tu perro amará cada atención que tengas con él y te lo agradecerá. Lo principal es que lo conozcas muy bien para que entiendas su lenguaje corporal e identifiques qué es lo que disfruta y lo que definitivamente no le agrada.
Con información proporcionada por los expertos de Full Life, marca de alimento high premium 100% mexicano.