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3 técnicas de ahorro para freelancers

Febrero 21, 2018

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Trabajar de manera freelance, es decir, haber decidido no tener jefes y tener solamente “clientes” por medio del ofrecimiento de tus servicios profesionales, es una idea atractiva para muchas personas principalmente por la posibilidad de tener el control total de horarios para invertir en el trabajo y en la recreación. Sin embargo, una de las desventajas de ser freelance (si no es que la principal) es que los ingresos económicos son muy inestables y se vuelve muy fácil manejar mal el dinero. Debido a esto, conviene pensar en el futuro de nuestras finanzas. Si tienes este tipo de empleo, con mayor razón debes evitar gastos innecesarios y, desafortunadamente, limitarte en algunos lujos, aunque sin demasiado sacrificio: lo pertinente para pasarla bien pero sin despilfarrar.

 

Unos tips muy rápidos para empezar son: si puedes, paga tu renta por adelantado, pues seguramente habrá ocasiones en que recibas una buena cantidad de dinero y, debido a que el estrés de no pagar la renta es de los más despiadados, poder adelantarte y darle a tu casero lo de 3 o 4 meses de un jalón será un alivio. También opta por ir al mercado para comprar alimentos y cocinarlos, evitando comer en la calle, pues es aquí donde el dinero tiende a irse más rápido. Y aunque no lo creas, tener tu propia cafetera en casa para no tener que comprar diario uno o dos (o hasta tres) cafés te significará un ahorro enorme, ya que uno nunca se detiene a pensar cuánto gasta en esta infaltable bebida. Aunado a lo anterior, también te damos estos consejos para salvar tus finanzas:

 

1) Alcancía. Sí, puede ser una idea bastante rudimentaria, pero no por eso es menos efectiva. Es posible que si te has mantenido al margen de la “oficialidad” también lo estés de las cuentas bancarias, así que tener destinada una alcancía, caja, cajón, baúl o cualquier lugar secreto de confianza es un buen método para guardar tu dinero, y sólo dependerá de tu disciplina que no lo dejes vacío para que en verdad funcione.

 

2) 2 cuentas bancarias. Bueno, si al final ya sucumbiste a abrir una cuenta bancaria y tienes tarjeta, ¿entonces por qué no dos?: una para tus gastos cotidianos, que lleves a todos lados para no cargar efectivo, y la otra destinada únicamente para tu ahorro y de verdad proponerte nunca tocarla. La diferencia entre la tarjeta y la alcancía es que con la tarjeta no tendrás la tentación de ver los billetes y monedas seduciéndote. No importa si sólo depositas 500 pesos a la quincena, a largo plazo toda cantidad suma. Ojo: maneja tarjetas de débito y evita a toda costa las de crédito para librarte de deudas.

 

3) Ayuda familiar. Aunque pueda sonarte muy raro, hay veces en que nos cuesta muchísimo trabajo ser disciplinados en el ahorro por voluntad propia, así que llega un momento en que podría ser buena idea la intervención de alguien de mucha confianza, como nuestros padres o hermanos, para que ellos manejen nuestra cuenta de ahorros y básicamente no nos dejen tocarla salvo emergencias concisas y apalabradas previamente.

 

Con estas sencillas técnicas podrás quitarte un peso de encima al no tener que preocuparte de más por tu dinero. Sabemos que el ahorro en situaciones de inestabilidad en los ingresos resulta complejo, puesto que casi siempre se vive “al día” y no hay demasiada oportunidad para ahorrar. No obstante, lo importante aquí es la constancia y disciplina con que abonas de poquito a poquito para “llenar el jarrito”.


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