Dilgo Khyentse Rinpoche fue uno de los maestros más queridos del budismo tibetano del siglo XX, entre sus alumnos se encuentra el Dalái Lama, quien dice haber aprendido lo relacionado al estado del Dzogchen, el estado natural de la mente, de este gran maestro.
El documental Brilliant Moon, narrado por Richard Gere, cuenta la vida de Dilgo Khyentse Rinpoche, su exilio en Bután, una vez que el partido comunista chino invadió el Tíbet, sus fundación de escuelas posteriormente, sus viajes a Occidente y demás. Existe un conmovedor consenso entre sus alumnos, que Dilgo Khyentse fue un maestro realizado y sus enseñanzas son consideradas veraderos tesoros para afrontar la existencia.
Un episodio muy ilustrativo a la vez que divertido es el que podemos apreciar en el minuto 33 del video. Un niño le pregunta a Dilgo Khyentse Rinpoche, el gigantesco maestro tibetano (quien medía alrededor de 2 metros), cual es la diferencia entre el dinero y la iluminación."El dinero te lo puedes acabar, pero la iluminación no", responde el maestro. La simpleza de la respuesta es perfecta, pero merece un poco de reflexión. Y es que justamente lo que busca todo sendero espiritual es aquello que es permanente y real y que persiste. El dinero, que para muchas personas es el equivalente a lo que es la iluminación para un practicante budista o de alguna otra religión, es decir aquello que más se dese y aquello que supuestamente transforma toda la existencia, tiene la característica de ser completamente impermanente. Uno no se lleva el dinero después de la muerte, pero suele vivir toda la vida para conseguirlo, lo que es absurdo.
Por supuesto que las palabras de Dilgo Khyentse Rinpoche solamente rinden efecto si uno cree que la conciencia perdura más allá de la muerte; la visión contraria es la visión del materialismo, y dentro de esta última el dinero es dios, ya que tiene poder sobre la existencia samsárica (el mundo ilusorio, según los budistas). Para quienes están abiertos a la posibilidad de que la conciencia persiste y de hecho el estado actual de nuestra mente es el resultado de todo lo que hemos hecho antes, entonces, la frase es muy clara. Vivir una vida ética y compasiva, trabajar la mente para purificarla y controlar la atención, y demás actitudes en consonancia con el dharma son las verdaderas inversiones que se pueden hacer en la vida.
Poco después en el video, Dilgo Khyentse Rinpoche dice "Shantideva dice 'nota que las emociones negativas son conquistadas al ver claro y estar en calma. Primero busca la paz y la calma. Esto se hace teniendo alegría y no estando apegado a las cosas mundanas'. El Buda dice, 'la fellicidad viene de controlar la mente"'. Aquí tenemos sintetizado todo el sendero budista, aprender a calmar y controlar la mente para así poder renunciar a las cosas impremanentes que generan sufrimiento por su propia naturaleza impermanente cuando nos aferramos a ellas.