Las prácticas espirituales han existido desde hace miles de años: la meditación, el yoga, las prácticas de respiración, los rituales, etcétera. Sin embargo, hemos visto cómo ese tipo de prácticas hoy en día son casi una moda. Y es que, por una parte, todos necesitamos de algo que nos ayude a crecer y superarnos como personas. Lo malo es cuando esas prácticas se desvirtúan y pierden su esencia.

Dentro de mi experiencia en el mundo del yoga, he visto cómo muchas personas llegan con diferentes problemas: ansiedad, depresión, insomnio, entre otras cosas. La práctica de asanas, que es solamente una parte de lo que realmente significa hacer yoga, puede ser de gran ayuda para todos estos casos.

Por otro lado, también he visto muchos ejemplos de cómo se ha desvirtuado esta práctica. Un ejemplo que vi recientemente fue tomar la clase de yoga después de haber fumado cannabis. Si bien para algunas personas puede ser útil debido a alguna enfermedad, mezclar drogas con este tipo de práctica puede ser contraproducente. Además, el fin del yoga es poder alcanzar un estado de unión y conciencia por ti mismo, sin ayuda de agentes externos.

Si bien la cannabis se utiliza de forma medicinal, también se ha demostrado que puede generar adicción y desencadenar paranoia o algún otro efecto psicológico grave.

En este sentido, la espiritualidad va mucho más allá de poder comprarte unos leggings carísimos y un tapete de marca, que ahora están mucho de moda. Llevar a cabo una espiritualidad real se refleja en cómo actúas día a día y cómo trabajas en ti mismo.

Uno de los grandes ejemplos de cómo se ha desvirtuado la espiritualidad es lo que vimos con Osho en la serie Wild Wild Country. Muchas de las personas que acudían a él lo hacían porque realmente necesitaban trabajar en sí mismos y al final se vieron envueltos en una serie de eventos y prácticas que realmente afectaron su psique.

Dentro de esa secta se dieron diferentes crímenes, de los que muchas personas no estaban enteradas; cosas como matrimonios ficticios para burlar las leyes de inmigración, intentos de asesinato, entre otros. Además de esto, Osho era conocido por coleccionar bienes materiales de gran costo, como Rolls Royce, relojes caros y joyas.

Actualmente se puede ver un incremento en publicidad relacionada con la espiritualidad en plataformas como YouTube y Google. Esto claramente le da a muchas personas la oportunidad de tener acceso a herramientas que les ayuden a su desarrollo. No obstante, se debe tener mucho cuidado a la hora de elegir con quién y qué prácticas tomar.

Otras de las experiencias que han incrementado son las prácticas de la ayahuasca y los hongos alucinógenos. El doctor Gabor Maté, un psicólogo canadiense, se ha dedicado a explorar más acerca de cómo la ayahuasca puede beneficiar a las personas adictas. Pero todo siempre se debe realizar bajo la observación de personas totalmente certificadas. Involucrarse en este tipo de experiencias sin la guía adecuada puede generar problemas psicológicos graves.

Esto está expuesto en una serie que lanzó Netflix recientemente, llamada (Un)well, que trata sobre todo este tipo de prácticas. En uno de los capítulos se narra cómo varias personas se reunieron en un centro en Estados Unidos para consumir ayahuasca y, aunque tenían muchos años de experiencia, una de las asistentes tuvo que ser llevada al hospital por lo mal que se puso.

En todo este tipo de prácticas se maneja mucha energía y a veces no sabemos cómo reaccionar a eso. Dentro de una clase de yoga se pueden desencadenar muchas emociones, ya que el trauma se guarda en el cuerpo. Además, las prácticas como la meditación también deben ser guiadas de forma correcta.

Como maestra de yoga creo que nos hemos desviado un poco de la práctica real, de la humildad que conlleva todo esto y de la responsabilidad que tenemos tanto los maestros como los alumnos.

Buscar e investigar de forma profunda y consciente es la respuesta para que puedas llevar tu espiritualidad de la mejor manera.

La narrativa alrededor de la espiritualidad emerge naturalmente, pues sentimos la necesidad de compartir nuestras experiencias con los demás. Esto es, por supuesto, natural. Pero hoy en día, se abusa a menudo de esta narrativa en el contexto de la espiritualidad comercializada.

El trabajo interno nunca será lineal y siempre tendrá sus buenos y malos momentos. Para poder trabajar en uno mismo se requieren diferentes herramientas, y no esperar soluciones mágicas ni que algo te ayude de forma inmediata.

En las sociedades en las que se originó, la meditación mindfulness forma parte de un sistema más amplio de creencias y prácticas budistas con fuertes dimensiones éticas y morales. Extraer técnicas como la meditación mindfulness de los contextos sociales en los que se originan, puede cambiar la naturaleza y los efectos de la práctica.

(Laurence J. Kirmayer)