Este 20 de junio ocurrirá el solsticio de verano en el hemisferio norte (el día más luminoso del año) y el solsticio de invierno en el sur (el día más corto del año). Esta fecha tradicionalmente era una importante fiesta en el calendario religioso y astronómicos de los pueblos antiguos, marcando, junto con los equinoccios las diferentes estaciones del año. Hoy en día el solsticio nos parece una curiosidad o un fenómeno new age en el que algunas personas se visten de blanco y van a una pirámide, sin embargo es parte de una antigua estructuración de una relación entre el hombre y la naturaleza que le permitía a una sociedad existir de manera rítmica y armónica con su entorno. Asimismo, los solsticios y los equinoccios eran importantes fechas religiosas puesto que eran oportunidades para representar los procesos cósmicos en la vida humana, para establecer un vínculo con el Sol y los procesos de la naturaleza y encarnar la idea central de la filosofía natural de la antigüedad: que el ser humano es un microcosmos del universo y los procesos celestes superiores se repiten y repercuten en los procesos inferiores en el cuerpo humano y en la faz de la Tierra.
Este año el solsticio coincide con la luna llena de Capricornio que entrará en oposición con el Sol en Cáncer poco después del solsticio, algo que no ocurría en 70 años. Capricornio era conocido antiguamente como "la puerta de los dioses" y Cáncer como "la puerta de los hombres".
El solsticio de verano es el día más luminoso del año y marca la llegada del esplendor, el fulgor del verano y la fruición de las cosechas, y siguiendo con la relación microcósmica, también de los actos y de los proyectos que hemos sembrado, acompañados del ascenso del Sol, que marca el incremento de la energía. Este día entonces, aunado a la luna llena que es también simbólica y energéticamente el momento de la cosecha, de la plenitud, debe considerarse una fiesta de la luz y del poder que el cosmos deposita en la Tierra. De aquí en adelante el año declina y el Sol avanza hacia su muerte. Pero es un excelente momento para agradecer y sintonizar la energía del momento, la cualidad del tiempo. La medicina china recomienda anticiparse al invierno y al declive de la energía practicando caminantas en la naturaleza y respirando el qi de los árboles y del cielo, particularmente en primavera pero también pueden hacerse estas caminatas en verano, especialmente en zonas de vegetación profusa. Otra interesante "terapia" es caminar en un estado de alerta meditativa y observar los diferentes colores con los que se pinta la madre naturaleza en estas fechas.
A diferencia de la sociedad moderna capitalista, las culturas antiguas y los sistemas esotéricos consideraban que el tiempo, cada momento, es diferente y tienen un aspecto cualitativo. El tiempo era considerado un ritmo, una variedad de expresión energética --hoy en día consideramos que el tiempo es dinero o a lo mucho entretenimiento. Recordar esta concepción del tiempo como algo más rico y profundo es parte de lo que se presenta en esta fecha. Asimismo viviendo en ciudades poco notamos esta diferencia y cómo los animales y las plantas reaccionan de forma muy distinta según los días y las estaciones (y de hecho nuestros cuerpos también). No notamos cosas como que mañana las sombras al medio día serán las más cortas del año o que el Sol parece detenerse por un momento en el cenit (solsticio significa "sol quieto"). En suma el solsticio es una gran oportunidad para observar la naturaleza y entender y estrechar nuestra relación con el cosmos.
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