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¿Cómo se entiende el corazón con el cerebro?

Enero 23, 2017

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Todos los humanos estamos hechos de energía y tenemos un campo de luz que nos rodea, somos bolitas de luz con un cuerpo físico adentro. A partir de esto a mí me gusta pensar que tengo tres centros de mando disponibles en mi cuerpo, como si mi cuerpo fuera una computadora maravillosa con tres cabinas de mando, desde donde la conciencia que habita mi cuerpo puede operar.

 

A mí me funciona pensar así para conectar mejor con mis emociones, armonizar al corazón con el cerebro y, en general, desarrollar mi conciencia, tener mejor comprensión de mi viaje en Gaia y vivir más feliz, saludable y fuerte cada día.

 

El primer centro de mando es el cerebro: con él pienso y él está programado para crear objetos mentales todo el tiempo, se los pida o no; también está programado para analizar probabilidades, extrapolar datos, crear sistemas y varias funciones racionales más.

 

El segundo centro de mando es el corazón: con él proceso la información que recibo del mundo a través de emociones y sensaciones complejas, pienso en emociones y sensaciones. En asuntos como el amor incondicional, la empatía o la compasión, el corazón lleva la batuta porque es su terreno.

 

El tercer centro de mando es el estómago: con él proceso la información que recibo del mundo a través de emociones y sensaciones más básicas, como "tengo-no tengo", "amenaza-no amenaza", "vivo-muero", "placer-sufrimiento".

 

No sólo me gusta pensar que existen estos tres centros de mando, me gusta pensar también que comparten información entre ellos y que eso me permite crear una vida más plena, más feliz, más consciente y llena de propósito.

 

Por ejemplo: 

Una mañana el corazón siente que quiere música suave y olor a flores. Manda esa información al cerebro y al estómago.

El estómago evalúa si esto representa de alguna forma una amenaza a la integridad del cuerpo y del ser. Como no es ninguna amenaza permite que la información siga adelante.

El cerebro toma la petición y la analiza: podemos obtener música suave de Spotify, YouTube o de la computadora. De esas tres, puedo encontrar música suave más fácilmente en Spotify o la computadora, porque ya tengo playlists hechas. Bien, de esas dos opciones, Spotify es más fácil porque ya lo tengo abierto en el celular. Así que ponemos una playlist de música suave en Spotify. Primera mitad de la misión cumplida.

Ahora el olor a flores. El cerebro evalúa la hora que es y la probabilidad de que la florería esté abierta y busca otros lugares para encontrar flores a esa hora. Cae en cuenta de que no es opción viable y busca otras opciones. Recuerda que en el cajón hay incienso y busca en la memoria si hay uno que huela a flores y mueve el cuerpo para ir a encenderlo y olerlo.

Así es como colaboran entre sí los tres centros.

 

A veces el corazón encabeza la operación con el apoyo de los otros dos, por ejemplo, en momentos en los que es más importante establecer una conexión amorosa a través de sentir más que pensar, como una charla para consolar a mi hijo, un abrazo a alguien que amo o apapacharme a mí. Tampoco se trata de no pensar y sólo sentir, en este caso en específico lo veo así: sentir 70%, pensar 30%.

 

Otras veces es el cerebro quien encabeza la operación con el apoyo de los otros dos, como buscar un nuevo empleo o cambiarse de casa. En este ejemplo en específico es importante sentir, pero es más importante hacer la evaluación correcta de presupuesto, tamaño del espacio, gastos de transporte y demás aspectos racionales. Aquí el porcentaje que le asignaría es de 60% a pensar y 40% a sentir.

 

Otras veces es el estómago quien encabeza la operación; esto es en situaciones donde mi integridad o bienestar se ve amenazado o cuando le estoy pidiendo un fuerte esfuerzo físico, emocional y energético a mi cuerpo.

 

Así es como veo estos tres centros de mando. Si te gustó la idea ponla a prueba… no pierdes nada.

 

Aquí la explicación en video para que la tengas a la mano.

 

También puedes revisar el trabajo de Gregg Braden sobre "pensar con el corazón" o el trabajo del Instituto Heart Math, o bien, preguntarle a un budista tibetano dónde reside la mente y seguramente te dirá que en el corazón y que el cerebro es una herramienta para él.

 

Que tu vida esté llena de amor, belleza y gracia.

Nos vemos pronto.


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