A lo largo de la vida, todas las personas se ven en la necesidad de sanar algo. Seguramente tú has pasado una o varias veces por ese proceso y, sin importar de qué se trate, puedes usar tu corazón para integrar amor a tu sanación. 

Desde pequeño has aprendido que el corazón es esa bomba que hace circular la sangre por todo tu organismo. Pero no te han dicho que es mucho más que eso. Es un portal de energía capaz de irradiarla hacia todo tu cuerpo y hacia fuera de él. 

El corazón se activa con dos tipos de emociones: destructivas y regenerativas. Las destructivas son las que se relacionan con los sentimientos de enojo, odio, frustración, celos y miedo, mientras que las regenerativas son: amor, compasión, agradecimiento, felicidad. 

Cuando sientes una emoción regenerativa durante 5 minutos, las reacciones que provoca en tu cuerpo hacen que tu sistema inmune se fortalezca y actúe por encima de su promedio normal durante al menos las 5 horas siguientes. 

Entonces, imagínate lo que pasa en tu cuerpo si te enfocas en sentir emociones regenerativas durante 5 minutos por la mañana, 5 por la tarde y 5 por la noche. Lograrás que tu sistema inmune esté elevado durante 15 horas al día. 

Y ten muy en cuenta que lo mismo pasa con las emociones destructivas. Es decir, 5 minutos de celos, miedo, enojo, ira o frustración, provocan que tu sistema inmune baje sus defensas por las próximas 5 horas. 

Por eso es muy importante que estés consciente de tus emociones, para que que puedas fomentar las positivas y dejar pasar las negativas lo antes posible. 

Es así como la energía que emana tu corazón a través de las emociones tiene un efecto a nivel biológico y también repercute en tu realidad presente. 

Cuando quieras experimentar las emociones regenerativas para activar sus beneficios, puedes seguir estos sencillos pasos: 

• Respira profundo. Deja pasar algunos segundos entre una inhalación y una exhalación.
• Centra tu foco en tu pecho.
• Siente una emoción regenerativa.
• Quédate con ella por 5 minutos.

Tu corazón es capaz de ayudarte a sanar, a crear una realidad buena y a conectar con todo lo que te rodea. En verdad es un instrumento que no sólo tiene que ver con lo físico y anatómico. Es un gran regalo que se te ha dado. Y está en ti aprovecharlo.

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