Durante el día todas las personas pasamos por momentos en los que tenemos mucha más energía en el cuerpo que otros en los que difícilmente queremos movernos o hasta pensar en algo. Esto es normal y en lugar de batallar contra ello, se recomienda aprovechar los ratos en los que somos capaces de ser mucho más productivos. Para ayudarte a identificar tus cambios energéticos y que así puedas aprovechar al máximo tu día, te compartimos estos tips.
1. Descubre los patrones de tu energía
Aunque todas las personas tenemos en común momentos en los que nuestra energía puede aumentar o disminuir (por ejemplo, por las tardes es más probable sentir cansancio), cada quien tiene ciclos de energía que son personales. Para poder aprovechar el día, se recomienda conocer en qué momento somos más productivos. Puedes llevar un pequeño diario que te ayude a registrar tus rutinas y la forma en que sentías tu energía en cada momento, de forma que puedas descubrir y aprovechar los momentos del día en los que sientes mayor potencial.
2. Ajusta tu trabajo a tus niveles de energía
Una vez que identifiques los patrones en tu energía diaria, podrás ajustar tu trabajo a los mismos. Puedes empezar por dividir tus labores en tres:
Trabajo de mucha energía
Cuando la energía se encuentra en su máximo punto, es cuando debes realizar este tipo de trabajos. Observa si te sucede por las mañanas o por las tardes. Aprovecha este tiempo para realizar las labores más complejas y que requieran mayor concentración. Si trabajas con esfuerzo en estas horas, podrás terminar tu trabajo a tiempo.
Trabajo de energía media
Cuando tu energía se encuentre en un estado medio, puedes realizar labores que no sean tan demandantes o imprescindibles como tomar ciertas decisiones, hacer llamadas pendientes, etc.
Trabajo de poca energía
En el momento del día en el que tienes muy poca energía puedes hacer trabajos repetitivos, mundanos o de poco riesgo. Se considera que este tiempo es bueno para leer, ver una película, escuchar música, etc.
3. Trabaja en ciclos de una hora o dos y descansa
Debido a nuestro ritmo ultradiano (ciclos del cuerpo que implican procesos fisiológicos como liberación de hormonas, ritmo cardiaco, ventilación pulmonar, apetito, entre otros y que se repiten varias veces a los largo del día), el tiempo ideal para concentrarnos en un trabajo específico es de 90 minutos, luego empezamos a perder un poco la concentración y el estado de alerta. Se recomienda tomar breves descansos por cada 90 minutos de trabajo.
4. Registra tu productividad
Una vez que empieces a realizar actividades que concuerden con tus ciclos energéticos, registra los cambios que vayas notando en tu productividad. Así podrás hacer los ajustes que consideres necesarios para perfeccionar tu agenda y aprovechar al máximo tu energía. Puedes probar con una herramienta en internet, como Toggl.
Para sacar el máximo provecho de tu energía, se recomienda acompañar estas propuestas con una alimentación y estilo de vida saludable. Sentirse bien con el cuerpo fomenta el correcto flujo de la energía y ayuda a que las personas sean más productivas. Recuerda hacer ejercicio diario durante al menos 30 minutos y llevar una dieta que incluya vitaminas, minerales, fibra y probióticos. Cuando te sientes cómodo contigo mismo, es más fácil aprovechar tus ciclos energéticos.