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¿Tienes amistades sanas o tóxicas?

Agosto 25, 2017

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Los vínculos de amistad nos enseñan a relacionarnos con amor, lealtad, honestidad y, sobre todo, libertad. Con los amigos de verdad podemos ser tal como somos, expresarnos sin miedo y sin necesidad de explicarnos ni justificarnos. Por eso las amistades sinceras y sanas son profundas y escasas y hay que saber valorarlas, pero también es importante diferenciarlas de las relaciones de amistad tipo vampiro, es decir, aquellas que absorben nuestra energía y nos someten a su voluntad y capricho.

 

La amistad se basa en la aceptación y el respeto

Una amistad sana está al tanto de ti y se preocupa sinceramente por lo que te ocurre, no se acerca únicamente cuando te necesita ni exige que la busques para hacerse presente. Sobre todo, la compañía paciente que brinda se demuestra en tanto que comparte los momentos difíciles contigo, sea ofreciéndote un consejo, escuchándote o simplemente acompañándote de forma serena y empática sin sermonearte, criticar tus acciones, señalar tus defectos o cuestionarte. Ello porque reconoce aquello que te constituye. Así, la aceptación y el respeto son fundamentales entre los buenos amigos.

 

Por el contrario, cuando un amigo intenta cambiarte, te compara, no te ve como eres y te pide amoldarte a lo que quiere que seas, te empuja a perder tu identidad. Aunado a lo anterior, una amistad sana se construye a partir de la equidad. Una relación entre iguales no significa que se presenta únicamente entre personas de la misma edad o el mismo origen, sino que se da entre personas que reconocen la misma dignidad entre ambas sin que haya actos de superioridad, humillación ni manifestaciones de poder. De esta manera, promueve el enriquecimiento y crecimiento mutuo.

 

Ser amigo vs exigir amistad

La amistad genera vínculos por elección. En una amistad la permanencia en la relación no exige compromisos o exclusividad, ni obliga a pagar cuotas de tiempo. “Estar ahí” significa brindar apoyo, compañía, comprensión y entendimiento, pues un buen amigo se hace sentir presente incluso en la distancia.

 

Asimismo, una amistad sana entiende cuando necesitas espacio, pues sabe que el cariño prevalece a pesar de los silencios o las ausencias. Por eso, se diferencia de una relación egoísta que demanda atención o genera un estado emocional negativo cuando no le brindas las deferencias que espera.

 

De hecho, una amistad sana solamente puede constituirse entre individuos con una buena autoestima que les permita reconocer que ambos aportan a la relación pero que no son la única fuente de satisfacción o felicidad para el otro. En ese sentido, una amistad tóxica es aquella que intenta satisfacer tus necesidades materiales o emocionales a cambio de convertirse en la única amistad. Peor aún, busca manipular tu atención y sentimientos para promover una dependencia emocional que alimente sus necesidades socioafectivas. Para lograrlo, suele reaccionar de manera dramática ante aquello que le molesta, con el fin de atrapar de nuevo tu atención y provocarte sensación de culpa por no cumplir con sus expectativas.

 

Recuerda que una amistad sana se refleja en una sensibilidad genuina. Las acciones de un buen amigo son razones de sobra para quedarte y su apoyo, comprensión y cariño te dan alas para volar.


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