Julia Wise y su esposo Jeff Kaufman quieren que sigas su ejemplo. Julia es una trabajadora social y Jeff, un ingeniero de software. Ganan bastante bien para los estándares de muchos países: sus ingresos en conjunto son de 245 mil dólares al año. Quizás puedes pensar, así es fácil vivir. Pero Julia y Jeff viven con sólo 15 mil 280 dólares al año, el 6.25% de sus ingresos, esto excluyendo impuestos y ahorros. Donar todo el resto, algo que han venido haciendo desde el 2008, dicen, ha subido la calidad de su vida.  

Esta pareja, es una de las destacadas en el libro Strangers Drowing, de Larissa MacFarquhar, en el que presente casos de "virtud extrema", personas que viven para los demás, enarbolando el altruismo como su esencia y al hacerlo viven bien, demostrando que los ingresos están sobrevaluados. La autora de este libro plantea que, aunque esto es contraintuitivo para nuestra cultura "consumista", existe evidencia de que dar enriquece enormenente la vida. Esto, debido a que la verdadera riqueza tiene que ver más con un sentido cualtitativo de la experiencia, el significado que tiene nuestra vida y el nivel conexión y pertenencia que tenemos con otras personas. 

Estudios muestran que para aquellos que viven en países afluentes, no hay correlación entre el dinero que se tiene y la felicidad --esto claro tomando en cuenta personas que tiene ciertos ingresos mínimos; en el caso de personas que padecen pobreza no tener dinero sí está relacionado con la infelicidad, lo cual es lógico puesto que carecen de lo esencial, pero una vez que se tiene lo necesario, más no genera felicidad. 

Un estudio en Estados Unidos mostró que las personas que tienen dinero infravaloraron los niveles de las personas que no tienen tanto dinero con una enorme proporción. Las personas que tienen mucho dinero y viven para tener dinero piensan que los que no tienen dinero son miserables, pero esto es un simple error de percepción que moldea nuestra actitud frente a la vida en una sociedad capitalista.

Así las cosas, sin tener que ser radicales, podemos intentar seguir el ejemplo de Julia y Jeff y tal vez seamos más felices, teniendo menos y dando más.