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Descubre por qué cuidar de la naturaleza es tan espiritual como meditar

Abril 18, 2017

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Tener interés por desarrollarnos espiritualmente está muy bien; sin embargo, la búsqueda espiritual no está libre de las trampas del ego. Con frecuencia, en nuestra mente binaria nos planteamos las cosas como perfectos opuestos, de tal manera que hay cosas o actividades que consideramos espirituales y otras que nos parecen mundanas. No obstante, los grandes maestros espirituales han hecho hincapié en que la verdadera espiritualidad está en cómo abordamos cotidianamente las tareas mundanas. El sabio Shantideva declaró, en su afamado libro El camino del Bodhisattva, que toda la felicidad y el gozo son consecuencia de celebrar a otros seres sentientes y contribuir a su bienestar, mientras que los problemas, las tragedias y los desastres son consecuencia de actitudes que en lugar de servir a otros sirven únicamente al propio ser, de tal forma que en realidad servir a otros seres es tan espiritual, o más, que meditar, realizar rituales o cantar alabanzas. 

 

Esto puede ser difícil de digerir. Después de todo, vivimos en una era en la que la ética comercial nos ha llevado a pensar que el mundo gira alrededor de nosotros, como individuos y como especie. El individualismo y el mercantilismo han desgarrado el tejido social debilitando a las comunidades, y la explotación de los animales y de los ecosistemas ha sido y continúa siendo devastadora, tanto que, a menos que decidamos cerrar los ojos e ignorar la información y las señales, no podemos más que aceptar que las consecuencias de la devastación medioambiental nos están alcanzando. Shantideva explicó que el propio ser y los otros seres tienen el mismo deseo innato de ser felices y trascender el sufrimiento. Por lo tanto, si lo vemos desde una perspectiva espiritual, ir en pos de nuestros intereses personales a expensas de otros no tiene sentido. 

 

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Reconocer el derecho que cada ser tiene de liberarse del sufrimiento puede cambiar como miramos el mundo y es una de las partes medulares del desarrollo espiritual, ya que nos permite percatarnos de cómo si otros están felices y satisfechos, nosotros también nos regocijamos. En cambio, si los otros están sufriendo perpetuamente, nosotros también sufrimos. En otras palabras, podemos así comprender cómo los intereses y el bienestar de los demás están intrínsecamente relacionados con nuestros intereses y nuestro bienestar. En palabras del XV Dalái Lama:

El mundo se vuelve más y más pequeño y más y más interdependiente. Hoy más que nunca, la vida debe estar caracterizada por un sentimiento de responsabilidad universal, no sólo entre las naciones y los humanos, sino también de parte de los humanos a otras formas de vida. 

 

Así que sigue meditando, pero también recuerda servir a los demás y respetar el derecho de otros seres a ser felices y liberarse del sufrimiento. Reconoce la chispa sagrada de la vida en cada planta, árbol, montaña, animal, insecto y forma de la naturaleza. Busca formas de contribuir al bienestar de otros seres y agradéceles por contribuir a tu desarrollo espiritual. 

 

Si deseas profundizar en la práctica de la meditación y realizar actividades específicas que contribuyan a tu crecimiento espiritual y que, al mismo tiempo, te permitan tener un contacto cercano con la naturaleza, una buena opción es participar en un retiro espiritual, donde puedes desconectarte de todo para conectar contigo, con el universo o el ser superior en el que creas y con el poder y la magia de la Madre Tierra.

 

En Harmonía te recomendamos revisar las opciones que ofrece Shambalanté, una hermosa hacienda inmersa en la selva yucateca, cuyas instalaciones están diseñadas para convivir en armonía con la naturaleza y para que encuentres la calma y tranquilidad que se requiere para las prácticas de meditación y crecimiento espiritual. Checa las fechas de los próximos retiros en este enlace.

 

Con información de El camino del Bodhisattva, de Shantideva, y  El budismo del Buda, de Alexandra David Neel 


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