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7 formas de utilizar el lenguaje corporal a tu favor

Marzo 05, 2016

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4 minutos de lectura

Los sentimientos, pensamientos e intenciones también se expresan a través de los gestos, las expresiones faciales, los movimientos oculares, la postura corporal, el contacto y manejo del espacio interpersonal.  Estos elementos están incluidos en lo que regularmente llamamos lenguaje corporal y dominarlos puede ser sumamente beneficioso para tus relaciones. Piensa en ello como otra forma de transmitir tu mensaje al mundo.  

He aquí 7 formas de utilizar el lenguaje corporal a tu favor. 

 

1. Corrige tu postura.

Tu postura es  una de las primeras cosas que los demás notan. El punto aquí es pararte erguido pero sin estar rígido. Este tipo de postura transmite fuerza y confianza. Cuando las personas se sienten inseguras, intimidadas o están tratando de protegerse, tienden a encorvarse y empujar sus hombros hacia adelante. Así que relaja tus hombros e imagina un hilo de luz emergiendo de la coronilla de tu cabeza que te jala hacia arriba. 

 

2. Así se da un buen apretón de manos. 

Cuando le das la mano a otra persona ningún extremo es bueno. Por un lado no está bien ejercer mucha fuerza. El punto no es machucarle la mano al otro si no hacerle saber que estás ahí, con cordialidad. Esto nos lleva al otro extremo, que es cuando apenas tocas la mano del otro como si no estuvieras del todo presente. Esto manifiesta y transmite desconfianza. Evítalo. 

 

3. Posiciona apropiadamente tu cuerpo en el espacio. 

La proxémica es una rama de la semiótica que estudia la relación entre la distancia de las personas y los objetos u otras personas con las que interactúan, así cómo la existencia o ausencia del contacto físico. Las consideraciones de lo que son el espacio íntimo, el personal y el público varían dependiendo de cada cultura. Estar consciente de estas distancias y su significado puede proveerte información sobre las relaciones subyacentes entre las personas. También puede ayudarte a dejar claro qué tan cercano te sientes con respecto a las personas con las que te relacionas y que tan cercano te sienten ellos a ti. 

 

4.  Evita recargarte en los objetos, paredes, muebles, etc. 

El problema con este hábito es que transmite el sentimiento de que dicho de forma coloquial “no puedes contigo mismo” y pararte sobre tus propios pies te resulta difícil. Haz consciencia de este punto. 

 

5. Pon atención a tu expresión facial. 

Nuestra cara puede confirmar lo que nuestras palabras dicen o negarlo. También indica cómo nos sentimos con respecto a lo que estamos diciendo.  Cuando observas esto en otras personas te puede decir mucho sobre  la veracidad de sus palabras o lo genuino de sus intenciones. Por otro lado si se trata de ti, lo mejor es que procures decir cosas que sientes y expresarlas con tu rostro. Alinear mente, corazón y habla es una forma de crear comunicación sincera en tus relaciones. 

 

6.  Haz contacto visual. 

Cuando alguien te habla en primer lugar míralo, si tus ojos están revoloteando alrededor de quien quiere transmitirte un mensaje le estás transmitiendo que no te importa lo que dice. En segundo lugar procura mirar a los otros con receptividad, no con prejuicio o agresión.  Esto puede parecer superficial o manipulador, pero en realidad es profundo, pues efectivamente “los ojos son las ventanas del alma” y sólo puedes irradiar aquello que existe en ti. 

 

7. Recuerda que lo más importante es ser empático. 

Utiliza tu cuerpo para expresarle a la gente a tu alrededor que estás con ellas y te importan. Lo fundamental para mantener relaciones armoniosas es cultivar la empatía cuando estamos con otros. Este es probablemente uno de los mayores retos personales y espirituales que podemos enfrentar, pero en la tradición budista por ejemplo, la comunidad ( o sangra) juega un papel fundamental en el desarrollo espiritual del individuo.  Si estás vivo es porque muchas personas han contribuido con su cuidado para que sobrevivieras y llegaras a este momento. Mantén eso en mente  y cultiva la gratitud. 

Finalmente recuerda que cambiar un hábito lleva tiempo. Así que concéntrate en una cosa a la vez pero con constancia y verás como llegan las recompensas a tu vida. 

 

Fuente: I Heart Intelligence

 


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