Conforme crecemos nuestro metabolismo comienza a volverse más lento, lo que resulta en una mayor acumulación de grasa corporal y una digestión más complicada que puede dar pie a la aparición de malestares digestivos como sensación de inflamación, ruidos y gases. Sin embargo, no tiene por qué ser así. Una breve caminata diariamente puede ayudar a acelerar nuestro metabolismo, mejorar nuestra salud digestiva y reducir la frecuencia de malestares digestivos menores.
Además, los beneficios de la caminata no son sólo para nuestro sistema digestivo; caminar también ayuda a una mejor oxigenación pulmonar, regula la presión arterial alta y mantiene tonificados nuestros músculos y articulaciones evitando la aparición de padecimientos como artritis o reumas. En resumen, los principales beneficios de caminar después de comer son:
No es necesario agotarse; para un adulto normal, una caminata de entre 30 y 45 minutos diariamente pude hacer una gran diferencia en su salud.